Cada vez que oigo eso de «Grecia negocia contrarreloj para evitar la quiebra», me hago siempre la misma pregunta: ¿Quebrar Grecia? ¿Es que puede quebrar más todavía? Ah, ya entiendo: hablan de la quiebra formal, de cara a la banca y los inversores, esa declaración de bancarrota que pondría en problemas a los bancos acreedores […]
Cada vez que oigo eso de «Grecia negocia contrarreloj para evitar la quiebra», me hago siempre la misma pregunta: ¿Quebrar Grecia? ¿Es que puede quebrar más todavía?
Ah, ya entiendo: hablan de la quiebra formal, de cara a la banca y los inversores, esa declaración de bancarrota que pondría en problemas a los bancos acreedores y a la zona euro, y que los dirigentes europeos intentan evitar a toda costa, no por compasión, sino porque mientras los carroñeros sigan cebándose con ese cadáver no picotearán demasiado en otros países.
Porque al margen de esa quiebra técnica, que no acaba de descartarse, el país no puede estar ya más quebrado. Tenemos por un lado la quiebra económica, con un país arruinado y al que el tratamiento recetado por Europa condena a no poder andar solo durante muchos años. Por otro lado, la quiebra social, con una ciudadanía abandonada a su suerte, víctima de una política de tierra quemada que extiende la miseria e hipoteca el futuro de varias generaciones.
Está también, no menos importante, la quiebra democrática: un gobierno obligado a renunciar, un Parlamento sometido al chantaje de la ‘troika’, y un gobierno tecnocrático impuesto que pese a todo no consigue los resultados esperados. Si falla también Papademos, si ni con él se dejan torcer el brazo tanto como se les exige, ¿qué será lo siguiente? ¿Bastará con imponer un comisario europeo que administre el país, como piden algunos en Alemania? ¿O habrá que ocuparlos militarmente?
Teniendo quebradas la economía, el Estado, la sociedad, la democracia, la soberanía y el futuro, ¿qué será lo siguiente que le rompan? ¿Cuál será la siguiente quiebra, como pago para evitar la Quiebra con mayúscula? ¿La quiebra territorial, perdiendo unas cuantas islas, como ya se insinuó en su día? ¿La quiebra patrimonial, subastando sus riquezas arqueológicas? ¿La quiebra nacional, disolviendo el país y dividiendo sus pedazos entre los acreedores para que hagan con ellos lo que quieran (montar un Las Vegas, por ejemplo)?
Tal vez Grecia logre al final salvarse de la quiebra, sí. Grecia, o lo que quede de ella.
Fuente: http://blogs.publico.es/trabajarcansa/2012/02/09/%C2%BFquebrar-grecia-%C2%BFmas-todavia/