El triunfo incontestable de Beppe Grillo en las recientes elecciones italianas ha venido seguido de una típica reacción del poder político y mediático: el insulto. Cuando la gente normal y corriente se ha levantado contra la corrupción de los grandes partidos y contra la servidumbre de sus dirigentes hacia los grandes grupos financieros, la respuesta […]
El triunfo incontestable de Beppe Grillo en las recientes elecciones italianas ha venido seguido de una típica reacción del poder político y mediático: el insulto.
Cuando la gente normal y corriente se ha levantado contra la corrupción de los grandes partidos y contra la servidumbre de sus dirigentes hacia los grandes grupos financieros, la respuesta que tienen a mano quienes día a día trata de moldear a la opinión pública desde sus tribunas privilegiadas es la de tildar de payaso a quien los ha convocado.
Ante el éxito de una respuesta política tan singular, contundente y sincera, capaz incluso de tener éxito en el campo que siempre es adverso para la gente que no tiene dinero, como es el de las elecciones, lo único que se les ocurre es descalificarla. El insulto es el supremo argumento del poderoso coro de fanfarrias que trata de sostener un sistema agónico e incapaz de asegurar un funcionamiento mínimamente democrático de las instituciones.
Se mire como se mire, el Movimiento 5 Estrellas, que es el partido que ha sacado más votos en las elecciones italianas, no es sino la gente en marcha para acabar con un régimen que, como ha dicho su líder, colapsará sin remedio a poco que los de a pie le empujen con algo de decisión.
El movimiento de Beppe Grillo es una marea de gente honrada y harta con toda la razón, después de tantos años de engaños y servidumbres, que ha sido capaz de organizarse de un modo completamente novedoso pero sumamente eficaz, demostrando que no hacen falta las burocracias de los partidos para llegar a la gente o para transmitir con éxito los mensajes, sino que, por el contrario, de modo descentralizado y en red es como mejor se reflejan los deseos auténticos y el modo de hacer política que le gusta a la inmensa mayoría de las personas normales, de abajo.
Pero nos dicen que su líder es un payaso.
No tendría mucha importancia. En realidad, incluso es un insulto tan fácil, teniendo en cuenta que efectivamente Grillo se gana la vida actuando como cómico, que carecería de importancia, e incluso de gracia, si no fuera porque desvía la atención de los que de verdad vienen actuando como auténticos payasos en Europa.
Así me lo parece a mí. ¿Quién es más payaso, quien llama a la gente a luchar contra la corrupción y la mentira, contra las estafas continuadas de la banca, o quienes desde los gobiernos mienten y permiten que se estafe a la gente, mostrando además día a día su desfachatez e incompetencia?
¿Quién es payaso? ¿Grillo, o los Almunia, Rehn, Lewandowski y compañía que llevan años diciendo que son los que saben cómo salir de la crisis pero que en lugar de sacarnos de ella nos llevan a otra más grande aún? ¿Quién es payaso, quien llama a rebelarse frente a las mafias o esos comisarios que las apoyan y les proporcionan todo lo que necesitan para que salgan adelante? ¿Quién es un payaso, quien organiza a la gente para que se empodere y defienda sus derechos, o quien desmantela día a día la democracia en Europa para impedir que la gente de abajo puede defender sus intereses y ejercer sus derechos? ¿Quién es un payaso, quien demanda una economía más justa, o quien la hace cada vez más desigual y favorable a los grandes grupos empresariales y financieros? ¿Quién es un payaso, quien se presenta a unas elecciones reclamando justicia o los banqueros que se dedican a la política o compran a los políticos para salvar sus negocios?
¿Quién es un payaso, quien reclama que las cuestiones económicas también se decidan democráticamente teniendo en cuenta los intereses de toda la población, o esos comisarios que actúan en las sombras y que remueven gobiernos cuando éstos no actúan como a ellos les parece, para satisfacer a los grupos a quienes sirven?
¿Quién es un payaso, Grillo, que reclama el poder de las urnas, o Monti, que gobierna dando un golpe de Estado y que cuando va a las elecciones hace un ridículo espantoso, demostrando que gobernaba contra el pueblo?
¿Quién es un payaso, Grillo, que no ha robado a nadie, o Dragui, el ex-responsable en Europa de un banco ladrón y corrupto?
¿Quién es un payaso, Beppe Grillo y los miles de personas que se suman a la vida política dispuestos a renunciar a lo que haga falta, o los políticos-banqueros que roban a espuertas y que pasan de la vida pública a la privada, y viceversa, solo para forrarse ellos mismos y beneficiar a sus empresas?
En Europa hay muchos payasos que hacen un daño enorme a la mayoría de la gente porque distraen su atención, porque son trileros que les hacen juegos de manos delante de sus ojos para engañarles y vaciarles sus carteras, pero no son precisamente los del Movimiento 5 Estrellas. Los payasos son los que nos están gobernando, y si insultan quizá sea simplemente porque se están poniendo más nerviosos de la cuenta.
Fuente: http://juantorreslopez.com/