1. Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, ha roto relaciones diplomáticas con Panamá por intervenir directamente en su política interna, sobre todo en estos días, semanas y meses en que el gobierno venezolano ha estado sufriendo salvajes agresiones del gobierno de los EEUU, de los empresarios proyanquis y demás gobiernos que están bajo sus órdenes. Pero […]
1. Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, ha roto relaciones diplomáticas con Panamá por intervenir directamente en su política interna, sobre todo en estos días, semanas y meses en que el gobierno venezolano ha estado sufriendo salvajes agresiones del gobierno de los EEUU, de los empresarios proyanquis y demás gobiernos que están bajo sus órdenes. Pero esa «ruptura», aunque es importante, se esperaba y no es difícil que surjan otras provocadas por el imperio. ¿Puede olvidarse que en 1962 el imperio yanqui y la OEA hicieron adoptar con el voto de catorce países a favor, uno en contra (Cuba) y seis abstenciones (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador y México), la exclusión al actual Gobierno de Cuba de participar en el Sistema Interamericano?
2. Panamá es un pequeño país de 3.5 millones de habitantes, situado en el istmo de América entre Costa rica y Colombia. Manejando los EEUU el Canal de Panamá desde 1914 hasta 1999, ejerció un dominio económico e ideológico en aquella nación usando todo durante el siglo para su beneficio. La provocación del gobierno de Ricardo Martinelli -quien declaró en 2009 ser socio de Calderón de México y Uribe de Colombia en su lucha contra el narcotráfico- es seguramente por indicaciones de los EEUU. Por ello, aunque Panamá sea un pequeño país, no deja de jugar en el tablero de los EEUU en su política de dominación y de establecimiento de bases militares yanquis en la zona. ¿Puede olvidarse que en esa nación se estableció la llamada Escuela Militar de las Américas para preparar a todos los ejércitos de Latinoamérica?
3. Pero no olvidaré que nuestro maravilloso cantante y propagandista cubano de los años sesenta, Carlos Puebla (1917-89), cantaba con su tono característico: «Con OEA o sin OEA, Cuba va». Quizá hoy diría el popular cantante Puebla: Venezuela con su ejemplo, se rebela al imperialismo y aunque Chávez haya muerto, Venezuela va por el socialismo. ¿Puede olvidarse acaso a este narrador de la revolución cubana que entre muchas otras, compuso una canción al Che, como guerrillero heroico que se canta en todo el mundo? Después de aquellos acuerdos los EEUU iniciaron un criminal bloqueo económico contra Cuba de más de 50 años e impusieron que ningún país (amenazado con castigos) lo haga. Los países de la OEA (ministerio de colonias yanquis) obedecieron.
4. El gobierno de López Mateos, de México, que en aquellos años aún contaba con cierta dignidad, se abstuvo de votar contra Cuba y por ello este país le ha mantenido mucho respeto a México; sin embargo desde entonces las relaciones han sido muy frías y durante los gobiernos del PAN estuvieron cerca de la ruptura. Pero el gobierno cubano de Fidel Castro no se dejó intimidar por el imperialismo; por lo menos hasta 1966 no dejó de apoyar en el mundo movimientos de protesta y rebeldía de los pueblos contra sus opresores; los gobiernos de Centroamérica, por su agrarismo y su dependencia, fueron los más usados en la OEA por los EEUU en aquella reunión celebrada en Punta del Éste, Uruguay en enero de 1962.
5. ¿Recuerdan aquellos cuatro puntos de reclamo ridículo, risible, de que «es incompatible el marxismo leninismo de Cuba con los propósitos y principios del sistema interamericano de la OEA»? Pasados 52 años la lucha del imperio contra el comunismo sigue vigente (el socialismo por el que luchan o apenas buscan ideas los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Ecuador, Nicaragua) como en los tiempos de la llamada «Alianza para el Progreso» que el presidente Kennedy impuso para envolver y comprar a los gobiernos de la OEA. Obvio esta famosa APRO murió el mismo año en que los mismos imperialistas -en sus luchas internas- asesinaron a su presidente en Dallas, Texas.
6. Declaraba un conocedor profundo de la situación actual de Venezuela. Sólo hay dos caminos: o los chavistas cierran filas y radicalizan su movimiento al socialismo o, lo más desgraciado y terrible, sería negociar con el imperio y la derecha para tomar el camino del neoliberalismo. Así de difícil está la situación que tiene que decidir Maduro, Cabello y sus equipos. La derecha venezolana ha logrado unificar sus fuerzas para expulsar y aniquilar al chavismo que lleva casi 15 años en el gobierno; por el contrario parece que la izquierda aún no logra unificar sus fuerzas totalmente porque existe desconfianza por experiencias pasadas, sobre todo de 2004 donde Chávez pudo expropiar a los expropiadores.
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