Me escribe Jenny Rönngren: «Durante los próximos 12 meses cuatro políticos serán nombrados líderes de la Unión Europea. En los últimos 50 años la imagen de los dirigentes políticos de la UE no ha cambiado. Ha llegado la hora del cambio. Los puestos directivos siempre deberían asignarse a los candidatos más competentes. Hay 250 millones […]
Me escribe Jenny Rönngren: «Durante los próximos 12 meses cuatro políticos serán nombrados líderes de la Unión Europea. En los últimos 50 años la imagen de los dirigentes políticos de la UE no ha cambiado. Ha llegado la hora del cambio. Los puestos directivos siempre deberían asignarse a los candidatos más competentes. Hay 250 millones de mujeres en Europa, por lo que no debería resultar tan difícil encontrar candidatas cualificadas entre ellas». «Entre 250 millones de mujeres ¿ninguna de ellas es lo bastante buena?» Si quieres que al menos una mujer sea nombrada líder de la UE, firma aquí: http://www.femalesinfront.eu/default.asp?view=front〈=es
Reproduzco la reflexión y la dirección en la que se solicitan las adhesiones.
Yo no he firmado. No lo voy a hacer. No quiero que una mujer dirija la Unión Europea. Tampoco quiero que otro hombre dirija la Unión Europea. Lo que deseo es que, cuanto antes, hombres y mujeres hagan posible una Europa que no nos excluya ni separe, que no nos duela ni avergüence.
No quiero a Angela Merkel, tampoco a Sarkozy. No quiero e Berlusconi, no quiero a Zapatero, no quiero a Margaret Thatcher… Sólo aspiro a que entre todos y todas construyamos la Europa que debemos, el mundo que soñamos.
A ese común afán es que sumo mi firma.