Cuando, después de la primera ronda electoral del 2 de febrero pasado, el Ministerio del Trabajo salvadoreño informó que 164 empresas -incluyendo 22 municipalidades- fueron demandadas por haber coaccionado el voto a sus trabajadores, nadie se sorprendió de verdad. Para Gilberto García, coordinador del CEAL (Centro de Estudios y Apoyo Laboral), esta situación anacrónica es […]
Cuando, después de la primera ronda electoral del 2 de febrero pasado, el Ministerio del Trabajo salvadoreño informó que 164 empresas -incluyendo 22 municipalidades- fueron demandadas por haber coaccionado el voto a sus trabajadores, nadie se sorprendió de verdad.
Para Gilberto García, coordinador del CEAL (Centro de Estudios y Apoyo Laboral), esta situación anacrónica es el reflejo de la oligarquía empresarial salvadoreña que «no quiere perder el control económico del país, ni mucho menos pagar impuestos. Simplemente pretende volver al pasado y detener la historia».
Durante los 20 años de gobiernos de la derecha salvadoreña se implementaron las recetas más duras del modelo neoliberal. Después de la firma de los Acuerdos de Paz (1992), el partido Arena brindó todas las facilidades para que el sector financiero se impusiera a la industria nacional.
«Dolarizaron la economía y entregaron las reservas internacionales a la banca; sustituyeron la industria nacional con las importaciones de bienes y la instalación de empresas maquiladoras.
Finalmente -continuó García-, vendieron los bancos a compañías extranjeras, quedándose como accionistas minoritarios y administradores, y se aliaron con el capital transnacional. Todos los industriales se convirtieron en importadores», recordó.
Reforma urgente
Según él, las dificultades que el actual gobierno ha enfrentado y los desafíos para el futuro tienen que ver con elementos macroeconómicos, modelos de desarrollo, pero también con la necesidad de reformar la legislación laboral y garantizar los derechos laborales y sindicales y un empleo digno.
«El movimiento sindical es un sobreviviente de 60 años de dictadura militar, de 12 años de conflicto armado interno y de 20 años de neoliberalismo. Necesitamos de reformas profundas de toda la legislación que rige el sector trabajo y la previsión social», afirmó el coordinador del CEAL.
Entre 2009 y 2013 se crearon 13 mil nuevas empresas y se generaron 113 mil nuevos empleos. Sin embargo, en El Salvador, el empleo informal continúa representando más del 50 por ciento del total.
Entre los puntos más urgentes que deberá abordar el futuro Presidente de la República, el experto en cuestiones sindicales señala una reforma legal-institucional que promueva la negociación colectiva a nivel de ramas de industria y que elimine los requisitos excesivo a nivel de centros de trabajo.
Además, agrega que hay que contrarrestar el antisindicalismo generalizado que hay en el sector privado y promover un nuevo censo sindical nacional.
Entre los casos más emblemáticos señalados por García, destacan el de la empresa LIDO y de los complejos turísticos Las Veraneras y el Hotel Royal Decameron Salinitas, en la zona costera de Los Cóbanos, donde la actitud antisindical de la patronal ha dejado un saldo de decenas de trabajadoras y trabajadores despedidos por el solo hecho de haberse organizado sindicalmente.
Bajísima sindicalización
La tasa de sindicalización en El Salvador, 7.38 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), está concentrada en el sector público. Además, en el sector privado, solamente el 0.46 por ciento está cubierto bajo la negociación colectiva.
«Si bien durante los últimos años la sindicalización se incrementó, necesitamos de reformas que permitan combatir de frente al antisindicalismo y que otorguen una mayor capacidad coercitiva a las autoridades laborales», afirmó García.
El coordinador del CEAL pidió al futuro gobierno que condicione los incentivos económicos previstos para las empresas, al respeto irrestricto de las libertades sindicales y los derechos laborales.
«Los trabajadores son víctimas de chantaje por la necesidad de trabajar y el miedo a ser objeto de acciones de represalia por organizarse.
El futuro gobierno deberá, no solamente implementar la creación de empleo, sino promover el empleo digno, luchando contra las violaciones laborales y sindicales que se siguen dando en el país», concluyó.
Fuente original: http://nicaraguaymasespanol.