Desapariciones forzadas, asesinatos, torturas y todo tipo de acciones represivas contra civiles protagonizadas por la policía de Guatemala en la lucha contra la guerrilla izquierdista entre 1960 y 1996 forman parte de la documentación que divulgará este viernes 2 una universidad estadounidense. Se trata de 12 millones de folios del Archivo Histórico de la Policía […]
Desapariciones forzadas, asesinatos, torturas y todo tipo de acciones represivas contra civiles protagonizadas por la policía de Guatemala en la lucha contra la guerrilla izquierdista entre 1960 y 1996 forman parte de la documentación que divulgará este viernes 2 una universidad estadounidense.
Se trata de 12 millones de folios del Archivo Histórico de la Policía Nacional, que el Instituto de Estudios Latinoamericanos Teresa Lozano Long, de la Universidad de Texas, pondrá a disposición en su sitio de Internet para que todo ciudadano que así lo desee pueda consultarlos «sin requisito alguno», señaló Alberto Fuentes a IPS.
«Fundamentalmente, contiene dos cosas: casos delictivos y de violencia que ocurrían en el país y, de manera muy importante, hay registros de control social, particularmente de opositores políticos», explicó Fuentes, del Archivo.
«Encontramos más de 900.000 fichas de identificación personal, en las cuales hay anotaciones de actividades políticas, nombre, fotografías y huellas digitales», precisó.
La Procuraduría de Derechos Humanos descubrió casualmente el 5 de julio de 2005 este archivo policial. Se trata de un inmenso legajo de unos 80 millones de folios, que documenta las actividades de esta fuerza de seguridad entre 1882 y 1997, y que estaba abandonado en un edificio de la entidad en la ciudad de Guatemala.
Fichas de identificación, órdenes de captura y reportes de vigilancia de personas son parte de la información que contiene el extenso archivo, que documenta el papel represivo que jugó la policía en el conflicto armado interno, época en la cual miles de guatemaltecos fueron torturados, ejecutados y desaparecidos.
En los 36 años de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad del Estado y la insurgencia, al menos 45.000 personas fueron detenidas, desaparecidas y posteriormente asesinadas y enterradas sin identificar en cementerios, fosas clandestinas y cuarteles, según la independiente Comisión para el Esclarecimiento Histórico (CEH).
Esta comisión concluyó que la guerra civil dejó unas 250.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos, en su mayoría indígenas, con el ejército como responsable de más de 90 por ciento de los crímenes.
El archivo documenta las acciones realizadas por la Policía Nacional en el marco de este conflicto y toda su historia de seguridad estatal, razón por la cual se inició su restauración en 2006 a cargo del Archivo Histórico de la Policía Nacional.
Hasta ahora, unos 13 millones de folios han sido limpiados, clasificados, digitalizados y permanecen resguardados bajo estrictas normas de seguridad. Es que, además, estos documentos han servido como medios de prueba en varios juicios que se siguen contra militares acusados de violar los derechos humanos durante la guerra.
«Sólo en el caso de la desaparición de Fernando García, un sindicalista y dirigente estudiantil de la época, el archivo entregó al tribunal 667 documentos», relató Fuentes.
García desapareció el 18 de febrero de 1984, pero solo 26 años después dos de sus victimarios, ambos exagentes policiales, fueron condenados a 40 años de prisión por el delito de desaparición forzada.
Según Fuentes, el Archivo Histórico de la Policía Nacional también aportó documentación para arrestar este año al general retirado Héctor López, sindicado de cometer el delito de genocidio contra más de 300 personas entre 1978 y 1985, así como al exdirector de la policía Héctor Bol, por la desaparición de García.
«Los documentos del archivo sí están sirviendo como elementos probatorios para que los operadores de justicia emitan las órdenes de captura y procedan a desarrollar los juicios», dijo Fuentes.
Y es que la justicia es fundamental para lograr la reconciliación.
Ada Melgar, hija de un intelectual asesinado durante la guerra civil, dijo a IPS que «cuando se demuestre que oficiales del ejército y del alto mando tuvieron que ver con miles de masacres y asesinatos que hubo en el país, vamos a poder sentirnos en paz».
«Hay una denuncia contra el Estado, porque estamos seguros de que la muerte de mi padre fue planificada por las fuerzas públicas», acotó la hija de Hugo Rolando Melgar, un ex profesor de la Facultad de Derecho de la estatal Universidad de San Carlos, quien fue abatido a balazos el 24 de marzo de 1980.
Melgar, quien es empleada precisamente del archivo policial, cree que esta institución posee documentos «muy valiosos que pueden demostrar la existencia de listas de nombres de personas en poder de la fuerza, que coinciden con muchos hombres y mujeres que fueron capturados y desaparecidos».
Los médicos forenses también han encontrado respuestas en al archivo.
«Las primeras imágenes que vimos ahí eran de registros post mortem de varios cuerpos que no habían sido identificados, pero ahí se hacía referencia incluso a las huellas dactilares que les tomaban», dijo a IPS el subdirector de la no gubernamental Fundación de Antropología Forense de Guatemala, José Suasnabar.
El Archivo Histórico de la Policía Nacional «se convirtió en una fuente primaria de información» en términos de la búsqueda de personas desaparecidas durante el conflicto armado, según el especialista.
Suasnabar explicó que fue en este archivo donde encontraron mucha información sobre cuerpos no identificados inhumados en el cementerio de Escuintla, en el sur del país, lo cual les ayudará a identificarlos.
Aura Elena Farfán, de la no gubernamental asociación de Familiares de Detenidos Desaparecidos de Guatemala, dijo a IPS que el archivo de la policía «ha sido de gran importancia, porque se han encontrado documentos que señalan a nuestros familiares y también nos está apoyando para darle seguimiento a los juicios».
«Ahora nuestra preocupación es que todos aquellos que de alguna u otra manera están siendo señalados por los hechos de represión durante la guerra lo quieran desaparecer», concluyó.