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Entrevista con Bernard Conte, economista

«Se acelera la tercermundialización de Europa»

Fuentes: Humanité

Traducido por J.A. Pina

¿En qué consiste la «tercermundialización del planeta» que denuncia en su libro ?

Se refiere a la estructura social que prevalecía en los países del Tercer Mundo antes de los llamados «milagros» de Costa de Marfil, asiáticos… La sociedad estaba entonces dividida entre algunos muy ricos y muchos pobres, sin clase media. La tercermundialización del planeta significa que se tiende a volver a esta estructura social con una reducción de la clase media, tanto en el Norte como en el Sur.

¿Cómo se ha llegado hasta aquí ?

Tras la Segunda Guerra Mundial se inició un periodo «próspero», Los Treinta Gloriosos, el Estado Providencia y el desarrollo de la clase media, sobre todo obrera, en el Norte. También en el Sur, tras las independencias de los años 1960, con las estrategias de desarrollo autocentradas, se produjo la aparición de un embrión de clase media. Pero todo da un vuelco en 1979, cuando las finanzas tomaron el poder a nivel internacional. Esto tuvo lugar, concretamente, con la decisión de Paul Volcker, entonces presidente de la Reserva Federal Estadounidense, la FED (y todavía consejero de Obama) de hacer de la lucha contra la inflación la prioridad del Norte. Consecuencia inmediata : la subida de las tasas de interés. Fue el triunfo de los neoliberales, encarnados en política por Margaret Thatcher y Ronald Reagan, y en economía por Friedman y los Chicago boys (que se habían curtido en el Chile de Pinochet). En el Sur, a los países se les impusieron las mismas políticas de inhibición del Estado.

¿Qué paralelismo establece usted entre lo que se impuso a los países del Sur y lo que ocurre hoy en Europa ?

La lógica es exactamente la misma. A finales de los años 1990 la subida de los tipos de interés, decidida en el Norte, va a encarecer los pagos de la deuda de los países del Sur que son igualmente afectados por la caída de los precios de las materias primas y de la energía, produciendo la reducción de sus ingresos provenientes de la exportación. Se ven forzados a pagar más con menos medios. Es la crisis de la deuda. ¿Y quién va a intervenir en estos países ? Como hoy, el FMI, va a prestarles dinero con la contrapartida de poner en marcha programas de ajustes estructurales basados en el consenso de Washington. El objetivo es el pago de las deudas, o al menos el pago de los intereses a las finanzas internacionales. Para ello es necesario desbloquear recursos suplementarios, volver a ser competitivo. Esto quiere decir reducir los costes laborales (los salarios y los beneficios sociales) y actuar sobre los déficits públicos reduciendo los gastos, entre los cuales, el más importante es la masa salarial de la función pública. Está fuera de cuestión tocar a los ricos pues, como se insiste, son ellos los que crean el crecimiento. También se aumenta más el IVA. ¡Ésta es la poción amarga que se propone hoy a los europeos, y en primer lugar a los griegos! Es la tercermundialización de Europa.

¿Habrá las mismas consecuencias que en el Sur ?

Sí. Empobrecimiento y paro. En 1987 se publicó el primer informe de los expertos de la UNICEF sobre los efectos sociales dramáticos de estos planes. Grecia al ser un país europeo, quizá llegue más gradualmente, pero será lo mismo. El capitalismo ha derrapado y nos propone, como solución, una dosis suplementaria de neoliberalismo. Contrariamente a lo que dice DSK (Dominique Strauss-Khan, socialista francés, Director general del FMI, NDT), el programa impuesto a Grecia tendrá un efecto pro-cíclico, va a acentuar la tendencia a la depresión económica. Si se reducen los salarios se reduce el poder adquisitivo y por tanto la demanda. En estas condiciones ¿cómo promover el crecimiento ?

¿Conseguirán los Estados que los pueblos lo acepten?

No lo sé. En África las medidas se han impuesto bien por regímenes autoritarios o bien ha habido guerras civiles. Sabemos también que los métodos para hacer tragar la píldora se han perfeccionado. Al tratarse de los servicios públicos, la OCDE explica que se puede evitar el descontento social manteniendo su cantidad aunque disminuyendo su calidad. Las élites políticas podrían también echar las culpas al FMI. Esto explicaría por qué los dirigentes europeos han recurrido a él cuando hay bastante dinero en Europa y el FMI está a sueldo de los Estados Unidos. Sea como sea, a las élites les vas a costar justificar todo esto.

Bernard Conte es  economista, profesor en la Universidad de Burdeos IV, investigador en el Centro de Estudios de África Negra (CEAN) de Ciencias Políticas de Burdeos y autor de «Tercermundialización del planeta» (Presses universitaires de Burdeos, 2009)

Fuente: http://www.humanite-en-espanol.com/spip.php?article585

rCR