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Panamá

Sobre la necesidad de formar políticamente a los ciudadanos

Fuentes: Rebelión

Algunos intelectuales han llamado la atención de la des o a-politización de la sociedad, empezando por los más jóvenes en las escuelas. El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales señala que la tendencia en educación es: «adquisición de conocimientos presuntamente universales, objetivos y apolíticos». Siguiendo estas preocupaciones es necesario crear las condiciones para un espacio de […]

Algunos intelectuales han llamado la atención de la des o a-politización de la sociedad, empezando por los más jóvenes en las escuelas.

El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales señala que la tendencia en educación es: «adquisición de conocimientos presuntamente universales, objetivos y apolíticos».

Siguiendo estas preocupaciones es necesario crear las condiciones para un espacio de discusión, formación política, donde converjan tanto los actores políticos, intelectuales, activistas como las organizaciones, instituciones y ciudadan@s, de diversas tendencias ideológicas, que tengan como norte el ejercicio de la ciudadanía, la consolidación democrática, en definitiva un Panamá justo e inclusivo.

Dentro de los objetivos mínimos a los cuales debemos apuntar, para lograr formar políticamente a los ciudadanos y darle un giro de 180 grados a esa des o a-politización de la sociedad, podemos enumerar al menos tres: crear espacios de debate político democráticos y horizontales, donde todos estemos en la misma posición, educar políticamente a la ciudadanía en general, dependiendo de cada particularidad y grado de complejidad, estimulando así una cultura política.

Los descontentos crecen y las demandas por mejores condiciones sociales aumentan, pero los ciudadanos no saben hacer la batalla política, ni fundamentarse por sí mismo sus reales carencias. Sino que se van por lo concreto que tienen al frente, y se dejan guiar por su sentido común, como última palabra.

La educación tanto en la escuela como en la universidad no ha logrado hacer eco de estas necesidades, por lo que no hay que reducirse a estos espacios. Sino trabajar en y con las comunidades.

Hay que enseñarle a nuestros ciudadanos desde los más jóvenes especialmente hacerse preguntas como qué se entiende por política. Y qué se entiende por ejercicio de la ciudadanía y la consolidación democrática.

Es muy común reducir a la política a las elecciones, y que un político es aquel que tiene un puesto de gobierno gracias a unas elecciones, esta visión simplista es lo que la formación política debe borrar por completo de la mente de nuestr@s ciudadan@s. La formación política debe hacer una aclaración conceptual de los temas relacionados a la ciudadanía, para hacer buen uso del concepto y lograr una práctica correcta del mismo.

Ya se ha hecho evidente que nuestros «políticos criollos», no tienen buenas prácticas y una mediocre cultura política de servicio a los demás.

Debemos estar enfocados en que una formación política tiene que ser liberadora, alejada de los dogmas, no estar reducida a un manual, sino potenciar el pensamiento de l@s ciudadan@s.

Una formación política entre lo posible tiene que crear un juicio científico y humano con respecto a la política y la ciudadanía en sus diversas acepciones y manifestaciones.

En este punto es necesario contar con el apoyo de intelectuales, activistas, políticos (en el sentido real del término) y ciudadan@s con ánimos de ejercitarse en la ciudadanía.

Para entablar el debate permanente en lo que nos ocupa, la ciudadanía y la política en todas sus dimensiones. Hay que buscar espacios comunes.

A partir de estos hay que crear seminarios, talleres comunitarios, cursos, cátedras libres que atiendan la demanda de sociedad que necesita formarse políticamente.

Un país formado políticamente es más difícil doblegarlo.
 

Abdiel Rodríguez Reyes, Profesor e investigador.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.