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Sri Lanka: La derrota Tamil deja sin socio a la USAID

Fuentes: Argenpress

Tras la derrota militar de los separatistas de Sri Lanka resulta mucho más tenebroso un programa de «ayuda al desarrollo» de los gobiernos locales financiado por la desacreditada Agencia Internacional de Desarrollo de EEUU, más conocida como USAID, por su sigla en inglés. Mientras esto ocurre, los medios de prensa occidentales consuman una estrategia cuestionadora […]

Tras la derrota militar de los separatistas de Sri Lanka resulta mucho más tenebroso un programa de «ayuda al desarrollo» de los gobiernos locales financiado por la desacreditada Agencia Internacional de Desarrollo de EEUU, más conocida como USAID, por su sigla en inglés. Mientras esto ocurre, los medios de prensa occidentales consuman una estrategia cuestionadora del régimen progresista de Sri Lanka, poniendo en duda la muerte del máximo líder militar separatista, Vellupillai Prabhakaran, cuyo ejército fue financiado por las grandes potencias durante casi tres décadas.

El terrorismo tamil fue responsable del asesinato del primer ministro de la India Rajiv Gandhi, en 1991; de la muerte de Ranasinghe Premadasa, presidente de Sri Lanka, en 1993; y de un atentado contra la jefa del Estado en 1999, Chandrika Bandaranaike, del que salió herida pero murieron 30 personas.

En un país de 65.610 km cuadrados y 21 millones de habitantes, el apoyo occidental hizo posible que el separatista Ejército de Liberación de los Tigres Tamil (LTTE, por su sigla en inglés), fundado en 1972, llegara a tener su propia fuerza aérea, como ninguna otra guerrilla en el mundo. La minoritaria etnia tamil representa el 12,5% de la población de Sri Lanka, ex Ceilán, contra un 74% de mayoría cingalesa.

Mientras el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se apresta a visitar Sri Lanka esta semana, el presidente Mahinda Rajapaksa aseguró ante el Parlamento que su país «fue liberado del terrorismo», en tanto la televisión mostraba imágenes del cadáver del líder militar tamil. La reubicación de los refugiados tamiles que huyeron de los campos de batalla se ha convertido en el principal pretexto «humanitario» de la intromisión de las grandes potencias en Sri Lanka.

Con Prabhakaran desapareció el jefe militar de la etnia tamil que aspiraba a construir por la fuerza un estado propio en el nororiente de la isla. Las agencias internacionales han afirmado en estos días que llegó a controlar 65 mil km cuadrados, probablemente un error malicioso, porque ésa es la superficie total del país.

«Sri Lanka depende de la amistad y decencia de China y Rusia para mantener alejados a los perros del Consejo de Seguridad de la ONU, después de haber sido víctimas de los fraudes informativos de las agencias Reuters, AFP y AP», escribió el periodista srilankés Ajit Randeniya. (1)

USAID: «No me ayude compadre»

«Sin embargo, existen amenazas significativas a la seguridad interna que están siendo operadas desde adentro de Sri Lanka por supuestos diplomáticos y trabajadores de la «ayuda» del imperialismo, en connivencia con agentes locales y de las llamadas organizaciones no gubernamentales (ONGs)», alertó el periodista. Una de estas trampas ha sido «el programa de consolidación de las autoridades locales en el este del país» puesto en marcha el 29 de abril por la estadounidense Agencia Internacional de Desarrollo (USAID).

Los Tigres Tamiles gobernaron ‘de facto’ parte del territorio del noreste de la isla de Sri Lanka, que según los grandes medios alcanzó al 15% del total del país y fue el campo más propicio para recibir la «ayuda para el desarrollo» de la USAID.

El cuadro de Sri Lanka se estaba pareciendo demasiado al de Darfur, en Sudán, donde también existe un movimiento separatista financiado secretamente por EEUU y las potencias occidentales, que intenta llevar adelante la desmembración de ese país, en consonancia con los intereses estratégicos de ciertos países desarrollados y sus grandes corporaciones.

El programa de la USAID era operado desde adentro de la embajada de EEUU y estaba destinado a sustentar la «gobernabilidad local» en las áreas orientales afectadas por el conflicto armado, bajo el pretexto de la «descentralización». «Nos piden creer que éste es un programa totalmente altruista y noble, cuyo objetivo ha sido civilizar el oriente», comentó Randeniya. La USAID proporcionaría «entrenamiento y asistencia técnica» a las autoridades locales, con el objeto de «aumentar la participación pública en la toma de decisión local, mejorar la transparencia en el gobierno local y consolidar las relaciones entre diversos niveles de gobierno y los cargos electos».

El programa, llamado SuRG, proveería «entrenamiento y asistencia técnica» a las autoridades locales, a los presidentes de consejo urbanos, otros cargos electos y personal administrativo. USAID también entrenaría a «grupos comunitarios», donde podría encajar la juventud tamil desempleada, para cumplir roles de responsabilidad como autoridades locales y encauzar a los ciudadanos de manera que puedan enganchar con los funcionarios que dirigirán las necesidades de la comunidad. Para 2009 se prevé la participación de 11 comunidades y 14 más el próximo año.

Se proclama que el programa recibe «la ayuda» del ministerio de Gobierno Local y de los Consejos Provinciales. Pero los acuerdos los firman directamente Ms. Susan Ward, jefa del programa SuRG de la USAID, y Rebecca Cohn, directora de la misión USAID en Colombo.

El periodista Randeniya dijo que «como escritor con algún conocimiento sobre el largo historial de las actividades de la USAID a través del mundo no me cabe sino advertir al gobierno srilanqués, a la policía, al ejército y particularmente a los servicios de inteligencia: ¡Tengan cuidado con la USAID!»

La supuesta «agencia del desarrollo» USAID tiene un largo historial como canalizadora de fondos de la CIA para financiar actividades subversivas a través del mundo y también sirve de pantalla a operaciones de inteligencia encubiertas. «USAID colabora y ejecuta diagramas de la CIA y planes secretos del departamento de Estado, de EEUU», advirtió el periodista. «Su papel es actuar como instrumento de penetración de la CIA en la llamada sociedad civil aportando financiamiento aparentemente «legítimo» dirigido a promover la política exterior de EEUU y así influir la política interna de las naciones, como lo ha venido haciendo en Venezuela y Bolivia, entre otros países en que la USAID desempeña su rol desestabilizador de gobiernos progresistas.

1) Ver http://www.argenpress.info/2009/05/fracasa-un-nuevo-kosovo-en-sri-lanka.html

http://www.argenpress.info/2009/05/sri-lanka-la-derrota-tamil-deja-sin.html