Los referendos del 11 de mayo sobre la libre determinación de las regiones de Donetsk y Lugansk han tenido lugar sin importar la intensa resistencia del régimen interino con sede en Kiev. La asistencia fue muy alta, entre el 75 y el 90%. Ni Kiev, ni Occidente han reconocido el voto como legítimo. El Presidente […]
Los referendos del 11 de mayo sobre la libre determinación de las regiones de Donetsk y Lugansk han tenido lugar sin importar la intensa resistencia del régimen interino con sede en Kiev. La asistencia fue muy alta, entre el 75 y el 90%. Ni Kiev, ni Occidente han reconocido el voto como legítimo. El Presidente de Francia, François Hollande, dijo que ni siquiera se puede llamar referendos. Lo mismo se repitió en Bruselas, sin importar que ello contrasta con la política oficial de la UE, que establece que una sociedad civilizada debe tener en cuenta los intereses de todos.
El servicio de prensa del Kremlin informó que «Moscú respeta la expresión de la voluntad de la población de las regiones de Donetsk y Lugansk sobre la base de que la aplicación de los resultados de los referendos se llevará a cabo de una manera civilizada, sin ningún tipo de recaída en la violencia, a través del diálogo entre los representantes de Kiev, Donetsk y Lugansk».
El principal resultado es el significativo fortalecimiento de la cooperación Sur-Este del país en su enfrentamiento con Kiev. Ahora ya no son grupos separadazos que hablan en nombre de la región, sino la mayoría de la población que exige el respeto de sus derechos.
Kiev puede seguir ignorando el liderazgo de las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk pero en realidad ejerce ningún control sobre las regiones. La situación está en manos de activistas públicos que lograron convertir las organizaciones de la sociedad civil en estructuras políticas de pleno derecho y hacerlo en sólo un mes.
Los referendos han puesto sobre el tapete lo obvio, para que todos lo vean: no hay equipos subversivos en el Sur-Este que intimidan a la población civil, sino más bien nuevos líderes que gozan de un amplio apoyo público. En realidad, hace legítimas las repúblicas populares. Ahora, sin ninguna falsificación, la «extensión de los derechos de la región» se tomará en serio. Sólo la federalización de Ucrania con los elementos una confederación podría ser una base para el compromiso. El derecho de las regiones secesionistas debe indicarse de constitución. La creación de dos estructuras estatales independientes en Ucrania crea condiciones previas para ir más allá de la situación de la federación convirtiendo al país en un estado confederado. De todos modos las conversaciones son posibles bajo una condición: la terminación de las acciones punitivas y el lanzamiento de un diálogo entre Kiev y las nuevas estructuras del Estado del Donbáss. El consejo de coordinación de la cooperación Sur-Oriental adoptó la Resolución sobre la protección de la soberanía y la organización de la administración pública de las repúblicas nacionales de Donetsk y Lugansk.
La elección presidencial el 25 de mayo está bajo cuestión. La Comisión Electoral Central de Ucrania dijo que hay problemas con la organización de los comités electorales locales en Donbáss. Hay una semana y media de tiempo hasta la votación. Es difícil predecir si otros obstáculos pueden surgir.
El hecho mismo de que Donetsk y Lugansk se proclamen repúblicas independientes crea un problema para la celebración de las elecciones presidenciales. Su población total es de 6,5 millones; más de 5 millones tienen derecho a participar en la justa electoral. Si las nuevas repúblicas se mantienen alejados de ella y pasan por alto el proceso de legitimación de la junta de Kiev, entonces el presidente electo no será capaz de decir que representa a todos los habitantes de su país. Si la elección no se lleva a cabo en las repúblicas, el gobierno interino tendrá que admitir que ha perdido el control de estos territorios. En este caso, el presidente recién electo tendrá que hablar con las repúblicas en igualdad de condiciones.
Muchos aspirantes a la presidencia de Ucrania se dan cuenta de que la situación necesita encontrar una solución y la forma de hacerlo es la celebración de un diálogo. No es posible en condiciones en que los militares y mercenarios disparan contra civiles mientras que la junta llama a los disidentes «separatistas» y «terroristas». No se escuchan voces en favor del diálogo, aunque haya aparecido algún matiz. Por ejemplo, Peotr Poroshenko ha condenado resueltamente el referéndum 11 de mayo, pero el oligarca Firtash dijo el 12 de mayo que la federalización es la única opción aceptable y Ucrania debe ser un estado neutral. Él, personalmente, está dispuesto a intervenir como intermediario entre la Federación Rusa y Ucrania aunque su relación con Poroshenko y los intereses comunes son un secreto a voces. Parece que lo más importante para él es prevenir Timoshenko llegue al poder.
Algunos otros oligarcas, como Renat Akhmetov, por ejemplo, también piden a Kiev detener la operación «antiterrorista». Los magnates comienzan a darse cuenta de que las acciones punitivas emprendidas por Kiev son un crimen contra el pueblo ucraniano. La junta se adhiere tercamente al formato obsoleto de las conversaciones cuatripartitas que rechazan el diálogo con aquellos que realmente controlan la situación en las regiones. En este sentido, Yanukovich fue mucho más sensato al tener conversaciones democráticas con insurgentes Maidan.
El surgimiento de las repúblicas nacionales en Donetsk y Lugansk inaugura nueva realidad política y jurídica. Todo ello puede conducir a una mayor desintegración. El hecho mismo de la alta asistencia a las urnas de votación muestra un nuevo mínimo de confianza en la junta [de Kiev]. Como la gente de Donbáss cree, su tierra es una entidad independiente y una parte del sistema internacional de relaciones. Han tomado el destino en sus propias manos.
Fuente: http://www.nodo50.org/ceprid/spip.php?article1842
Traducido para el CEPRID (www.nodo.org/ceprid) por María Valdés