Xulio Ríos | 

¿Cuánto más eco nos hacemos de las teorías conspirativas en torno al COVID-19 mejor informados estamos? Que si un laboratorio de alta seguridad en Wuhan, que si militares estadounidenses que participaron en unos Juegos Olímpicos castrenses en Wuhan, etc.

No sabemos aún cuál será el desenlace de la pandemia del COVID-19, ni sabemos qué nuevas turbulencias sociales, financieras, políticas, económicas y militares podrá desatar pero, a la vez, divisamos también signos de una transformación en ciernes.

Entrevista (de urgencia) a Miquel Porta sobre el COVID-19 y los manifiestos

Una pandemia es capaz de abrir los rincones más oscuros de nuestra naturaleza

En estos días, la visión de nuestro futuro ha cambiado de golpe.

Cuarentena

Con la “Ley de fomento productivo”, los grandes grupos económicos dejaron de pagar 987 millones de dólares. Es un monto que habría servido para entregar un bono de 197 dólares por un mes a los 5 millones de ecuatorianos que han tenido que sobrevivir una cuarentena inédita

Al implementarse las cuarentenas en Estados Unidos, por ahora parciales, las autoridades elaboraron listas de los exentos de las restricciones, los que llaman esenciales. No sorprende que en esa lista se incluya al personal médico y de salud en general, de transporte público y de distribución y venta de alimento y periodistas. Lo que es notable es quien NO está en esa lista de esenciales: los banqueros, ejecutivos ni los abogados empresariales, ni cabilderos, ni las ONG, ni los grandes analistas; o sea, todos los que en tiempos normales son presentados como los «maestros del universo».

Entrevista a Joseph Stiglitz

Entrevista a Leonidas Iza

Hay familias que viven en el día a día, del comercio informal, de las ventas diarias, del trabajo a destajo. Ninguna de las políticas del gobierno nacional (sobre la cuarentena por el coronavirus) está pensadas para este sector que comprende a un millón de personas aproximadamente.

No es una guerra, es una catástrofe. Para esta batalla no se necesitan soldados sino ciudadanos; y esos aún están por hacer. La catástrofe es una oportunidad para ‘fabricarlos’.