Ucrania

Olena Slobodien | 

Las recientes declaraciones de la ministra de Política Social de Ucrania, Oksana Zholnovich, sobre la “destrucción de todo lo social” y “la salida de los ucranianos de su zona de confort” han provocado una gran protesta y una ola de críticas.

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«Es mucho más tiempo de lo que muchos habíamos esperado a principios de este año, pero el lento progreso de la contraofensiva de Ucrania ha moderado nuestras expectativas…”

Las Naciones Unidas no fueron creadas para llevarnos al cielo, sino para salvarnos del infierno (Dag Hammarskjöld)

Pablo Ruiz E. | 

A finales del 2013 muchos vimos las noticias sin entender en profundidad lo que estaba sucediendo en Ucrania, ni las repercusiones que tendría para su población, en los días y años venideros, cuando la televisión mostró al pasar las protestas que se desarrollaban contra el gobierno del presidente Víctor Yanukovich.

Juanlu González | 

Para cualquier persona consumidora de medios de comunicación generalistas occidentales, la contraofensiva de primavera-verano lanzada por la OTAN en Ucrania va relativamente bien. Quizá un poco más lenta de lo deseado, pero bien. Eso nos transmiten, aunque a veces a algunos políticos se le disparan los niveles de euforia o los ardores propagandísticos y anuncia que ya se ha recuperado hasta el 50% del territorio ucraniano anexionado por Rusia e incluso más, pero eso es algo muy difícil de asumir sin más por seres pensantes.

Eve Ottenberg | 

Si usted cree los dos principios centrales del dogma y la propaganda occidentales sobre la guerra de Ucrania, a saber, que la invasión rusa no fue provocada y que Moscú tiene ambiciones imperiales más allá de las fronteras de Ucrania, entonces naturalmente considerará a la OTAN como la mejor defensa contra dicha amenaza.

Fabrizio Casari | 

Marlon Javier López | 

Desde el término de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha sido una superpotencia económica y militar, sin embargo en las últimas décadas, ha experimentado una desaceleración económica y una disminución de su influencia global. Esto se debe en parte a la creciente competencia de otras potencias, como China y Rusia y a la configuración de poderosos bloques alternos de poder como el BRICS, y a problemas internos como la desigualdad y crisis económicas y la polarización política. En este contexto, la guerra en Ucrania y la lucha por la liberación nacional en África son señales de la decadencia económica estadounidense y las fisuras en el sistema capitalista global.

Isabella Arria |