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«Trabajar» según la Constitución Europea

Fuentes: Rebelión

El artículo II-75 del tratado constitucional europeo que nos quieren colar establece que «toda persona tiene derecho a trabajar» y a «buscar un empleo». Lo que no dice es que se tenga derecho al trabajo. Dirán ustedes que es una sutileza. Pues no. Derecho a trabajar significa que si usted consigue un puesto de trabajo, […]

El artículo II-75 del tratado constitucional europeo que nos quieren colar establece que «toda persona tiene derecho a trabajar» y a «buscar un empleo». Lo que no dice es que se tenga derecho al trabajo. Dirán ustedes que es una sutileza. Pues no. Derecho a trabajar significa que si usted consigue un puesto de trabajo, no le van a impedir que trabaje. Ahora bien, el derecho al trabajo es que las instituciones públicas garanticen que usted pueda conseguir un empleo, dándole cobertura en caso de que no les sea posible. Como no nos garantizan el derecho al trabajo, tampoco se recoge en la llamada «Constitución europea» el derecho a cobrar el paro.

Para mayor pitorreo, y por si quedaba alguna duda, en el artículo II-89 nos conceden graciosamente el derecho a acceder a un «servicio de colocación» aunque, eso sí, sin garantizar resultados. La cosa se complica cuando nos damos cuenta que en el artículo III-210, es el Consejo el que puede legislar sobre «las condiciones de trabajo», «la seguridad social y la protección social de los trabajadores» y otras, siempre y cuando sea por unanimidad. Es decir, que el Parlamento Europeo ni pincha ni corta, aunque los ciudadanos elijan una mayoría muy de izquierdas. No habrá nunca seguridad social europea, ni salario mínimo europeo, ni cosa que se le parezca. Una engañifa, vamos.

Y cuando ustedes oigan que, bueno, esto de la Constitución europea es un primer paso, que luego se mejorará, díganle a tan brillante mente que se repase el artículo IV-443, en el que se especifica que para modificarla hace falta la ratificación de «todos los Estados miembros». O sea, la unanimidad de los 25 países. Basta con que uno de ellos se ponga pijotero, para que este tratado sea inmodificable. En cuanto al apoyo que le dan los sindicatos mayoritarios, que les quiten las subvenciones gubernamentales y los pongan a «buscar un empleo», y ya verán como piden que se vote NO el 20 de febrero. Nada como el «derecho a trabajar», mis niños.

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