Difícil imaginar un hecho más horroroso que el perpetrado el 2 de mayo por las huestes del gobierno golpista de Ucrania y su Sector Derecho (Pravyi Sektor), que son nazis de pura cepa, al incendiar la Casa de los Sindicatos de Odessa y quemar vivos a cientos de opositores y partidarios del anterior gobierno de […]
Difícil imaginar un hecho más horroroso que el perpetrado el 2 de mayo por las huestes del gobierno golpista de Ucrania y su Sector Derecho (Pravyi Sektor), que son nazis de pura cepa, al incendiar la Casa de los Sindicatos de Odessa y quemar vivos a cientos de opositores y partidarios del anterior gobierno de Víktor Yanukóvich, derribado por el golpe de Estado del 22 de febrero. Antes ejecutaron a balazos a muchos hombres y mujeres refugiados en el local, mientras otros ocupantes fueron llevados al sótano y ejecutados antes de provocar el incendio.También incendiaron los campamentos de los llamados «federalistas», que son partidarios de la independencia de esta región del este de Ucrania, mayormente de ascendencia rusa. Un video muestra a uno de los que asedian el edificio de los sindicatos de Odessa gritando: «Oiga, vamos a quemar a estos putos maricones en este edificio». Entre los incendiarios está alguien que se define como el «centurión» del Pravyi Sektor. El gobierno ilegítimo de Kiev ha pretendido escamotear los hechos y difundido versiones falsas para ocultar su responsabilidad directa, actuando en contubernio en ese sentido con las agencias internacionales como CNN, Euronews o Fox.
La falsa versión más difundida reduce el conflicto a un choque entre las hinchadas de los clubs de fútbol Metalist, partidario del gobierno de Kiev, y el Chornomorets, sindicado como pro Rusia. Pero un estudio muy minucioso de los analistas Gana Goncharova y Alfredo Montaner desmiente «la versión de las autoridades de Kiev y de sus partidarios que, con la aplicada y a menuda complacida ayuda de Occidente, están difundiendo una versión completamente sesgada, cuando no directamente falaz, de la mayor parte de los acontecimientos de Ucrania, a fin de consolidar sus acciones, estas sí terroristas, contra aquellos de sus propios ciudadanos que no están dispuestos a someterse a un gobierno golpista de inspiración neonazi sostenido por la dialéctica de los puños y las pistolas». Reténgase esa expresión definitoria: «un gobierno golpista de inspiración neonazi».
Estos hechos me conmueven en mi fibra más íntima, entre otras cosas, porque mi madre nació y vivió sus primeros años en Odesssa, precisamente. Uno de los recuerdos más antiguos que conservo desde mi infancia es el relato que ella me hizo de un pogrom contra su familia, que tenía un pequeño almacén en uno de los extremos de la gran plaza principal de Odessa. Quien haya visto la notable película de Serguéi Eisenstein, «El acorazado Potemkin», podrá seguir perfectamente el relato que sigue. En esa plaza hay un gran monumento dedicado justamente a los marinos del Potemkin, y allí se fotografían las parejas que van a casarse. Mi madre recorría todas las mañanas esa plaza por el lado más cercano al Mar Negro, para ir a la escuela situada en el otro extremo. En el medio se encuentra la famosa escalinata por donde se va despeñando el cochecito con el bebe en la película de Eisenstein, y al costado hay un busto del poeta Alexander Pushkin. Con más de 90 años mi madre podía recitar de memoria sus largos poemas, aprendidos en la escuela. Me contó que una noche irrumpieron los «hoolighans» para saquear el comercio. (Esa palabra se usa hoy en inglés para designar a una barra de bandidos, o facinerosos, y suena casi igual en idish). En la trastienda del comercio vivían los padres y los cuatro hijos, tres mujeres y el tío Boris. El padre quiso bajar de la cama para enfrentar a los bandidos, pero su esposa lo retuvo y le dijo (en idish): «Quedate quieto. Están los niños». Los bandidos rompieron y se robaron todo.
Los atentados contra los judíos eran frecuentes en la Rusia zarista. Lo que estamos viendo hoy es la continuación, en otras condiciones históricas, de esos métodos perversos y de la ideología que los sustenta. El gobernador ucraniano de la región de Jersón, Yuri Ordachenko, acaba de declarar: «Hoy recordamos cómo las personas lucharon contra los agresores que trataron de apoderarse de nuestra tierra y esclavizar al pueblo, amparándose en los temas de liberación de las tierras presuntamente ocupadas por Hitler. Pero Hitler presentó en primer lugar las consignas de liberar a los pueblos del yugo comunista». Y esto lo dijo nada menos que el 9 de mayo, el día en que se celebró en forma solemne y multitudinaria el Día de la Victoria sobre el nazismo.
No es de extrañar, en este clima, que judíos residentes en Odessa hayan preparado una evacuación de urgencia, visto que, además, los seguidores de Sector Derecho han incendiado varias sinagogas en el país. Otro grupo de judíos ucranianos formó una fuerza de defensa para combatir los ataques antisemitas. El mismo día 9 de mayo el diario ruso Izvestia anunció que los dirigentes del movimiento radical ucraniano Sector Derecho mantuvieron conversaciones con el Departamento de Estado de EEUU para recibir fondos que les permitan establecerse como partido político. Según la fuente, representantes del Sector Derecho viajaron a Washington a finales de abril, manteniendo conversaciones con la vicesecretaria de Estado, Victoria Nuland. Lo que está en discusión es el número de millones de dólares que les van a entregar. Esto se publica bajo el título: «EEUU ofreció financiar al radical Sector Derecho en Ucrania para crear un partido político». Los analistas señalan que en estas movidas EEUU está defendiendo sus intereses estratégicos: «Estados Unidos está financiando exclusivamente a los grupos que protegen y garantizan sus intereses, no los intereses de autodeterminación de los pueblos de Ucrania». El hecho indiscutible es que EEUU está metido hasta la manija en la controversia que enfrenta a Rusia con Ucrania, y buena parte de la Unión Europea interviene en la misma dirección.
A todo esto, la celebración del 49º aniversario de la Victoria del Ejército Rojo sobre el nazismo fue objeto de una celebración y desfile militar de alto nivel en la Plaza Roja de Moscú, con una alocución del presidente Vladimir Putin. Acto seguido, el mandatario prosiguió las celebraciones en Crimea, concretamente en el puerto de Sebastopol, celebrando el hecho de que la región se haya incorporado a Rusia, por libre decisión de sus ciudadanos. «El año 2014 permanecerá en los anales como el año que vio como los pueblos que viven aquí decidieron firmemente seguir con Rusia, confirmando así su fidelidad a la verdad histórica y la memoria de nuestros antepasados», señalóel mandatario. Como se sabe, están planteados para los próximos díassendos plebiscitos en otras regiones de Ucrania en los cuales la población decidirá su destino.
Este aniversario y los sucesos de Ucrania han incitado a una reflexión en profundidad sobre el auge de las corrientes fascistas en la Europa de hoy. Así, el historiador francés Jean-Paul Scot llamó a combatir los fundamentos de esa ideología en el continente. Autor del libro «Orígenes del fascismo», Scot alertó sobre el peligro de los nuevos movimientos de ultraderecha que pueden arribar al Parlamento Europeo en las elecciones del próximo 25 de mayo. Partidos xenófobos están ganando terreno. En Francia, el ultraderechista Frente Nacional de Marine Le Pen, en el Reino Unido el partido antiinmigrantes NigelFarageaumentan su caudal de votos, así como grupos de idéntico signo en Holanda, Bélgica, Grecia, Finlandia, Suecia y Dinamarca. Resuena con fuerza la advertencia de Bertolt Brecht de permanecer alerta, porque «aún es fecundo el vientre» que parió estas bestias.