Un inmigrante de origen nigeriano murió hace unos días en Suiza cuando estaba siendo deportado junto con otras personas sin papeles. La operación de expulsión del resto del grupo se detuvo de inmediato. El fallecido llevaba tres días en huelga de hambre para protestar contra su inminente traslado a su país de origen. Sus compañeros […]
Un inmigrante de origen nigeriano murió hace unos días en Suiza cuando estaba siendo deportado junto con otras personas sin papeles. La operación de expulsión del resto del grupo se detuvo de inmediato. El fallecido llevaba tres días en huelga de hambre para protestar contra su inminente traslado a su país de origen. Sus compañeros denunciaron que había recibido un trato inhumano e iniciaron una huelga de hambre para demandar atención sobre lo sucedido, según desvela hoy Periodismo Humano.
-«Ha muerto por culpa de la brutalidad, no estaba mal de salud» –explicó un testigo de nacionalidad nigeriana en una entrevista con la televisión suiza.
Fuera de territorio suizo la noticia ha aparecido tan solo de forma breve en algún medio de comunicación y no ha generado ningún debate político.
Han pasado los días y Periodismo Humano ha decidido ponerse en contacto con la sección suiza de Amnistía Internacional, desde donde nos han desvelado más detalles de lo sucedido. Un miembro de la organización ha visitado a dos inmigrantes que iban a ser deportados junto con el fallecido y que presenciaron su muerte. Ambos se encuentran en el centro de internamiento para extranjeros de Ginebra, tras la suspensión temporal de su deportación.
– «Estos dos testigos nos han contado que la policía les esposó de pies y manos» -explica Manon Schick, portavoz de Amnistía Internacional en Suiza- «Les inmovilizaron por completo, les ataron con amarres a los asientos a la altura del torso, la cintura y las rodillas. Uno de ellos empezó a tener serias dificultades para respirar. Las sujeciones le presionaban mucho en el pecho y murió poco después«.
Tras conocer estos testimonios, Amnistía Internacional ha enviado varias cartas a las autoridades suizas exigiendo una investigación exhaustiva e imparcial sobre lo ocurrido.
-«Es evidente que hay muchas preguntas abiertas y puntos oscuros. Hay dudas sobre la actuación policial.» -indica Schick.
Éste no es el primer inmigrante muerto en Suiza cuando estaba a punto de ser deportado. En 1999 un palestino falleció por asfixia en el aeropuerto de Zurich. La policía le había colocado un esparadrapo que le tapaba no solo la boca, sino también la nariz. La investigación sobre aquella muerte se fue dilatando en el tiempo y finalmente ninguna autoridad policial fue condenada.
Y en 2001 un nigeriano que intentó resistirse a su deportación fue aplastado literalmente por varios agentes policiales que le tumbaron en el suelo y se sentaron sobre él. Murió por asfixia. De nuevo ningún agente fue condenado. Todos fueron exculpados porque, según la investigación, no sabían que sentarse sobre una persona podía causar su muerte.
-«A pesar de que en los dos casos se determinó claramente la causa de la muerte, ningún policía fue condenado, lo cual demuestra que hay impunidad», observa Manon Schick.
Y añade:
-«Tras aquellos dos terribles casos las autoridades se comprometieron a abandonar todo tipo de prácticas que pudieran suponer un riesgo para la vida de las personas que iban a ser deportadas, pero esta nueva muerte abre de nuevo muchas incógnitas».
Suiza tiene una de las leyes más restrictivas de Europa en materia de inmigración, ha prohibido, no sin polémica, la construcción de minaretes y ha iniciado un debate parlamentario sobre una iniciativa del partido de ultraderecha UDC para retirar el permiso de residencia y expulsar a todo extranjero condenado por un delito grave.
En otros países europeos -Alemania, Austria, Bélgica, Francia y España – también se han registrado muertes de inmigrantes durante operaciones de deportación.
En España un hombre de nacionalidad nigeriana murió en 2007 durante su expulsión del país. La autopsia desveló que había fallecido por asfixia, causada probablemente por un esparadrapo empleado para amordazarle.
En 2009 un productor senegalés pudo filmar en el aeropuerto de Barajas cómo la policía española reducía a un inmigrante al pie del avión en el que iba a ser deportado. El vídeo, emitido a través de los medios de comunicación de nuestro país, dejó al descubierto unos métodos calificados de «salvajes» por diversas organizaciones sociales.
http://periodismohumano.com/migracion/una-muerte-con-incognitas.html