Los transportes y los servicios públicos fueron los sectores más afectados ayer en Grecia en la nueva huelga general convocada por los principales sindicatos para protestar por la reforma de las pensiones, nueva medida impuesta por el Gobierno del socialdemócrata Pasok debido a la crisis económica. La de ayer era la quinta huelga general convocada […]
Los transportes y los servicios públicos fueron los sectores más afectados ayer en Grecia en la nueva huelga general convocada por los principales sindicatos para protestar por la reforma de las pensiones, nueva medida impuesta por el Gobierno del socialdemócrata Pasok debido a la crisis económica.
La de ayer era la quinta huelga general convocada contra los recortes sociales y afectó notablemente al tráfico aéreo, ya que se suspendieron unos 50 vuelos interiores con destino a las islas aunque se mantuvieron los vuelos internacionales. Los controladores aéreos no secundaron el paro para no dañar al turismo.
Los ferries funcionaron con normalidad en El Pireo, cerca de la capital griega, donde los guardacostas tomaron posiciones para evitar un eventual bloqueo por parte de cientos de sindicalistas comunistas reunidos en este puerto.
Más de 15.000 manifestantes participaron en las movilizaciones, que concluyeron con ligeros incidentes en Atenas. En la capital, hubo dos manifestaciones, una organizada por el sindicato comunista PAME y la otra por las centrales de los sectores privadas, que reunieron a 35.000 personas. Por otra parte, en Salónica se congregaron unas 7.000 personas.
El cortejo sindical en Atenas concluyó ante el Parlamento, donde se registraron entre jóvenes y miembros de las fuerzas antidisturbios, que emplearon gases lacrimógenos. Un policía resultó herido al ser alcanzado por una piedra. Los manifestantes, menos numerosos que en las otras convocatorias organizadas desde febrero, marcharon con pancartas con lemas como «Retirada de la reforma de las pensiones». Los más jóvenes corearon «No pasarán» y «Fuego al FMI».
«La gente está desorientada y esto da un respiro al Gobierno», comentó Giorgios Daremas, miembro de Attac, comentando los síntomas de desgaste. Pero alertó de un incremento de la tensión cuando los efectos de los recortes «golpeen de lleno a la pequeña burguesía».
La huelga fue secundada especialmente en el sector público y parapúblico, afectando notablemente al tráfico aéreo, con la anulación de unos 50 vuelos interiores a las islas. Todos los enlaces internacionales estuvieron operativos, ya que los controladores aéreos no se sumaron al paro para «proteger al turismo». El tráfico marítimo con las islas también resultó afectado en El Pireo debido a la acción de sindicalistas comunistas, a pesar del fuerte despliegue policial para evitar la acción de los piquetes.
La huelga también detuvo los trenes y afectó al transporte urbano, con paros intermitentes, mientras que el país estuvo sin información durante 24 horas gracias al apoyo a la huelga del sindicato de periodistas.
La Confederación de Comerciantes y Artesanos también se adhirió a la huelga, pero todas las tiendas estaban abiertas en Atenas. Los abogados, por su parte, continuarán hasta el 7 de julio con su propia huelga sectorial, que ha conseguido paralizar la Justicia.