MSF pide al gobierno griego un plan médico adecuado y urgente y la evacuación de los pacientes de alto riesgo a un lugar seguro en Grecia continental o en otros estados de la UE
En plena pandemia de COVID-19 y con un brote en el campo de refugiados de Vathy donde ha habido ya más de cien casos positivos, el campo sigue carenciendo de un plan de respuesta médica adecuado. Las condiciones de aislamiento y cuarentena en Vathy para aquellos que dan positivo a COVID-19 son inaceptables en el mejor de los casos y peligrosas en el peor.
Los refugiados, migrantes y solicitantes de asilo aislados están encerrados en módulos sucios, la mayoría duermen en el suelo, mientras que algunos de estos contenedores carecen de agua corriente y baño. Las personas en cuarentena tienen un acceso muy limitado a servicios tan básicos como saneamiento y alimentación. La comida, como sucede en el resto del campamento, es a veces incomestible y se entrega en ocasiones caducada.
Las lamentables condiciones quedan patentes en los vídeos del interior de los módulos de aislamento grabadas por los propios refugiados en cuarentena.
Samos / Madrid, 26 de octubre de 2020.- En plena pandemia de COVID-19 y con un brote en el campo de refugiados de Vathy donde ha habido ya más de cien casos positivos, todavía no existe un plan de respuesta médica adecuado. En Vathy hay solo dos médicos del Ejército y tres enfermeras para dar atención a 4.300 personas, algunas de las cuales padecen enfermedades graves. Y lo que es peor: las condiciones de aislamiento y cuarentena en Vathy para aquellos que dan positivo a COVID-19 son inaceptables en el mejor de los casos y peligrosas en el peor.
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Fotografías y testimonio de Omaima, refugiada siria en Samos
Los refugiados, migrantes y solicitantes de asilo aislados están encerrados en módulos sucios, la mayoría duermen en el suelo, mientras que algunos de estos contenedores carecen de agua corriente y baño. En otros módulos el suelo está roto y repleto de agujeros. Las personas en cuarentena tienen un acceso muy limitado a servicios tan básicos como saneamiento y alimentación. La comida, como sucede en el resto del campamento, es a veces incomestible y se entrega en ocasiones superada la fecha de caducidad.
Omaima Alhabib, tiene 52 años y es de Deir ez Zor, Siria. Omaima y sufre problemas neurológicos y asma y su marido padece hipertensión y problemas cardiovasculares. “Llevamos un año en Vathy. Es terrible, está lleno de suciedad. Como soy asmática, no quiero ver al médico porque tengo miedo de que me pongan en cuarentena. Prefiero quedarme en mi tienda de campaña que está llena de ratas y serpientes, pero al menos no voy a estar en contacto directo con otras personas enfermas en el mismo módulo”.
“Estoy embarazada de tres meses y soy asmática. Estamos durmiendo en el suelo, todo el piso está roto, lleno de cucarachas y suciedad”, se lamenta a su vez Hanan Khider, refugiada en el campo de Vathy.
Omaima Alhabib, refugiada siria en su precaria tienda en el campo de Vathy, Samos. © Al-Jawad/MSF
Médicos Sin Fronteras (MSF) tiene pacientes que incluyen casos de salud mental, mujeres embarazadas y supervivientes de violencia sexual que son extremadamente vulnerables debido a sus condiciones de salud. Estas personas ven incrementada su vulnerabilidad y riesgo cada día que se les mantiene en estas atroces condiciones. Muchos residentes del campo han informado a los promotores de salud de MSF que no irán al médico del campo porque tienen miedo de las terribles condiciones en los contenedores de aislamiento en el caso de dar positivo.
“Las personas positivas de coronavirus permanecen en módulos de aislamiento. Sabemos por nuestros pacientes que las condiciones en estos contenedores son abominables. Hay agujeros en el suelo, cucarachas y ratas, y la comida es inadecuada. Además, pacientes con diferentes necesidades y problemas de salud están en los mismos contenedores que mujeres con recién nacidos, familias y ancianos. Esto tiene que terminar”, clama Mirjam Molenaar, coordinadora médica de MSF en Samos.
Desde hace más de seis meses, MSF viene solicitando el traslado urgente al continente de personas mayores y de pacientes con enfermedades crónicas y complejas. Sin embargo, estas se siguen viendo obligadas a vivir en tiendas de campaña y módulos donde no pueden adoptar medida alguna para protegerse de la COVID-19. Hoy día, en Samos hay alrededor de 40 familias entre las cuales hay personas de alto riesgo y que podrían enfrentar consecuencias potencialmente mortales si no son protegidas.
“Muchos de nuestros pacientes viven en condiciones lamentables. Hablamos de mujeres embarazadas y pacientes de alto riesgo con enfermedades cardiovasculares, pulmonares o diabetes. Estas personas deberían haber sido trasladadas al continente hace meses”, afirma la responsable médica de MSF.
MSF pide a las autoridades competentes que incrementen urgentemente el apoyo a EODY, la agencia de salud pública del sistema griego de salud, en Samos que en la actualidad es inadecuada para responder al brote de COVID-19 en el hotspot (el centro de identificación y registro) de Vathy. Además solicita que identifiquen espacios adecuados de cuarentena y aislamiento de acuerdo con los protocolos internacionales de COVID-19 en los que se proporcionen un mínimo de condiciones de vida dignas y humanas, garanticen la continuidad de la atención a los pacientes con enfermedades crónicas u otras afecciones graves que están bajo medidas de confinamiento y cuarentena.
Así mismo, MSF reclama que se faciliten entornos de aislamiento adaptados para pacientes vulnerables, como mujeres embarazadas y personas con problemas graves de salud mental y se informe a las personas que residen en Vathy, correctamente y en el idioma que pueden entender, para que comprendan la respuesta a la COVID-19, especialmente a quienes están en cuarentena y aislamiento.
Guillermo Algar González Press Officer, MSF España