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Uruguay

Vázquez desata furia sindical con la esencialidad educativa

Fuentes: El País, Montevideo / Correspondencia de Prensa

 Tabaré Vázquez lo había adelantado en la campaña electoral, cuando era candidato. Ahora, como presidente, cumplió su palabra. Decretó la «esencialidad» en la educación», una medida para romper la huelga de maestros y profesores. Ya se conoce que las «convicciones» y «principios» de Vázquez son firmes. Lo había mostrado (durante su primer mandato, 2005-2010) cuando […]

 Tabaré Vázquez lo había adelantado en la campaña electoral, cuando era candidato. Ahora, como presidente, cumplió su palabra. Decretó la «esencialidad» en la educación», una medida para romper la huelga de maestros y profesores. Ya se conoce que las «convicciones» y «principios» de Vázquez son firmes. Lo había mostrado (durante su primer mandato, 2005-2010) cuando vetó la ley de despenalización del aborto. Los gritos de «neoliberal» y «conservador» lo tienen sin cuidado. Muchos menos si provienen de aquellos que lo eligieron para «cerrarle el paso a la derecha», según decía el aparato sindical del progresismo. El marte 11 de agosto, poco días después del «histórico paro general» del 6 de agosto, se reunió, casi en secreto, con los jefes del PIT-CNT: Fernando Pereira (Articulación) y Marcelo Abdala (Partido Comunista). Acordaron «recomponer las relaciones» y, obviamente, negociar entre «compañeros». Anoche mismo los llamó por teléfono y les ofreció «una mesa de diálogo». Pero el decreto rompehuelgas se mantiene en todos sus términos.

Redacción de Correspondencia de Prensa


Durante el fin de semana algunos de los sindicatos de profesores y maestros en asambleas habían decidido rechazar la última oferta salarial del gobierno. Vázquez perdió la paciencia aunque faltaba que se pronunciara la Federación Uruguaya de Magisterio.

«Es deber del Poder Ejecutivo y del Ministerio de Educación garantizar la asistencia a clase de todas las niñas y niños y adolescentes», dijo Muñoz (Ministra de Educación y Cultura) y reconoció que el gobierno tomaba la decisión «con mucho dolor».

El gobierno interpretó que los sindicatos, al firmar un acta de acuerdo el viernes pasado en el Ministerio de Trabajo (el propio presidente del Pit-Cnt, Fernando Pereira, fue uno de los que estampó su rúbrica) aceptaban la propuesta salarial. Pero los sindicatos argumentan que el visto bueno lo tenían que dar las asambleas y algunas no lo dieron. Haya habido un equívoco o no, se desató la furia sindical.

Pereira y el secretario general del Pit-Cnt, Marcelo Abdala, dijeron en conferencia de prensa al caer la tarde que la central denunciará la situación ante la Justicia uruguaya y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y consideraron que la esencialidad apunta a dar «un escarmiento al movimiento sindical». «No hay duda que en la OIT esto va a ir por mal camino», dijo Pereira y adelantó que los abogados de la central se pondrán a trabajar ya en el tema.

El Secretariado del Pit-Cnt realizará hoy martes una reunión extraordinaria y convocó a participar de una marcha «en defensa de la educación» el jueves a la hora 17 que partirá de la Universidad de la República.

Ayer las 19.15 los dos dirigentes más el secretario general de Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes), José Olivera, dejaron la sede sindical de los docentes en Montevideo y caminaron cinco minutos hasta el Ministerio de Trabajo para plantearle al ministro Ernesto Murro y convencerlo de que el Poder Ejecutivo revea su decisión. Abdala dijo que «ni los gobiernos anteriores» (de los partidos Nacional y Colorado) recurrieron a una declaratoria de esencialidad para la educación y enfatizó que no se justifica porque no está en peligro ni la seguridad ni la salud de la población, que son los criterios establecidos por la OIT para validar una declaración de esencialidad. Para el Pit-Cnt está en juego la «libertad sindical». Al caer la tarde, 22 liceos del interior y cuatro de Montevideo estaban ocupados en rechazo al decreto de Vázquez.

Sobre las 21 horas el propio Vázquez habló por teléfono con Abdala y Pereira que estaban con Murro y les ofreció que las negociaciones volviesen a comenzar a las 6 de la mañana del miércoles. Los sindicalistas pidieron y obtuvieron que las tratativas recomiencen el jueves. Sobre las 22, Murro dijo que creía que se estaba cerca de un acuerdo. Incluso ofreció no firmar la resolución de esencialidad si los sindicatos se comprometían a un normal funcionamiento de las clases mañana miércoles, pero estos no prometieron nada en ese sentido. Entonces Murro firmó el decreto de la esencialidad.

Por lo menos un integrante del Consejo Directivo Central (Codicen) de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) evalúa renunciar si no hay una marcha atrás en la declaración de esencialidad. Teresita Capurro, representante de los maestros en el Codicen, dijo a El País que, a su juicio, con la esencialidad «se está lesionando el derecho de huelga» y que «por supuesto» considerará dejar su cargo si se mantiene, ya que para ella es «un tema de principios».

Murro y Castillo

Apenas la ministra Muñoz anunció el decreto, los sindicatos hicieron notar su rechazo. Sobre las 16, cientos de profesores, maestros, estudiantes y funcionarios tomaron las calles de la Ciudad Vieja cortando el tránsito a su paso hasta llegar al Ministerio de Trabajo. Ya dentro del Ministerio, amontonados entre banderas y bombos, coreaban «¡Y ya lo ve, y ya lo ve, es para Murro que ocupamos otra vez!». Los funcionarios del Ministerio tuvieron que dejar sus escritorios, apartarse a un lado y observar en lo que se había convertido su tarde de lunes. Los cánticos no paraban. También hubo uno dedicado al director de Trabajo, Juan Castillo (Partido Comunista) histórico sindicalista: «Che Castillo, che Castillo, qué contento se te ve, vos ganás más de 100 palos, yo no llego a fin de mes», que se alternaba con el «Castillo ladrón, ahora sos patrón».

Los manifestantes esperaron la noticia de que la esencialidad se revertía y como eso no ocurrió se dirigieron a la Torre Ejecutiva. Ocupaban unas cuatro cuadras. Ya en Plaza Independencia comenzaron a gritar «¡A ver, a ver, señor presidente, si usted puede vivir, con el sueldo de un docente, indecente!». Algunos tildaron al gobierno de «fascista» o «pachequista» y de ser igual a lo que «pasó en el período dictatorial». Un pequeño grupo de personas con pañuelos en las caras aprovechó la situación para lanzar una botella contra la Torre Ejecutiva. Un docente al ver lo ocurrido dijo por un altoparlante: «no sigan, no es nuestra manera de expresión, no hagan esto, es una marcha pacífica».

Sobre las 19 los manifestantes se fueron hacia el Obelisco donde se sumaron a quienes marchaban en conmemoración del 21 aniversario de los episodios del Hospital Filtro.

Reacciones políticas

En la oposición las reacciones fueron diversas. El senador blanco Jorge Larrañaga dijo a El País que era consciente de que hay distintas opiniones jurídicas sobre la esencialidad, pero que en el marco de una «emergencia educativa» podría transitarse ese camino. «Hay que estudiarlo desde el punto de vista jurídico, pero los servicios de educación tienen que brindarse», dijo, y propuso que la bancada blanca convoque a Comisión General a la ministra Muñoz para que explique cuáles son los objetivos del gobierno para la educación.

Pablo Mieres, del Partido Independiente, advirtió que «no hay un marco jurídico» para que se declare la esencialidad en la educación. Para Mieres el panorama es «desolador» y los sindicatos «reinciden en una actitud facilista que perjudica a los chiquilines de los sectores más pobres». También apuntó al gobierno por haber generado la expectativa durante el año electoral de que se llegaría a un presupuesto educativo de 6% del PBI al que por ahora no puede llegar. «Además se habla de cuánto hay no de para qué. No hay ni una palabra sobre los contenidos de la educación. Hay inercia pura», se lamentó.

El senador blanco Luis Lacalle Pou escribió en Twitter: «Exageradas medidas para reclamo justo, exagerada reacción del gobierno».

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