A fines de mes la CELAC deliberará en torno a la propuesta del Presidente Nicolás Maduro para que Puerto Rico sea reconocido como miembro observador de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. No podemos acceder a formar parte de esta organización con plenos poderes porque somos una Nación sin Estado. El único estado que […]
A fines de mes la CELAC deliberará en torno a la propuesta del Presidente Nicolás Maduro para que Puerto Rico sea reconocido como miembro observador de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. No podemos acceder a formar parte de esta organización con plenos poderes porque somos una Nación sin Estado.
El único estado que pudiera en estos momentos representarnos sería la Unión de Estados de Norteamérica. El Estado Libre Asociado no es un estado caribeño y latinoamericano. Es una entidad sometida al poder del Congreso de los Estados Unidos de América desde que fuimos cedidos como botín de guerra de manera ilegal en virtud de una cesión ilícita hecha mediante la negociación de un tratado en el cual ni Cuba ni Puerto Rico participamos.
Además de carecer de la facultad en Derecho para asumir ese rol; los defensores de esta fórmula colonial de status tampoco tienen la voluntad política de afirmar nuestro derecho a la autodeterminación como pueblo. Insisten en mantener una relación colonial con los EUA. De igual forma los proponentes de la anexión de Puerto Rico quedan, en virtud de su vocación de integrarse a esa unión como estado, excluidos de participar en la CELAC, este organismo no contempla la participación de los Estados Unidos.
Solo el movimiento independentista puertorriqueño tendría la capacidad de participar en este organismo como observador. Los que se autodenominan soberanistas no tienen espacio jurídico para jugar este papel porque para ello tendrían que poder desarrollar un tipo de relación de libre asociación con los EUA y estos no tienen ni espacio jurídico dentro del federalismo, ni voluntad para acomodar ese tipo de relación con su colonia principal. Los Estados Unidos nunca han expresado que estarían dispuestos a acomodar ni la estadidad ni la libre asociación que no fuese bajo su tutela y hegemonía.
Eso nos deja solos a los independentistas como posibles observadores ante esta Comunidad de Estados latinoamericanos y caribeños. Pero eso no significa que queda resuelto el problema. No existe en Puerto Rico ninguna organización política que pueda legítimamente afirmar que es, por si sola, la representante del movimiento independentista. Sería improcedente que solo una entre múltiples organizaciones pretendiera ubicarse, en exclusión de las otras, como única capaz de representar al movimiento. Esto se aplica a todas.
Para que la CELAC pueda estar en posición de reconocer una representación de Puerto Rico en este organismo; tendríamos nosotros que superar las divisiones y antagonismos que siguen impidiendo que nos unamos como movimiento; am menos en cuanto a desarrollar un proceso que nos permita resolver como llegaríamos a esos entendimientos entre organizaciones.
Pienso que la CELAC puede contribuir de manera muy positiva a que sea posible forjar ese proceso unificador que nos permitiera deliberar para encontrar una forma no excluyente de participar en esta Comunidad de Naciones. De la misma manera que nos hemos planteado crear una Comisión Constitucional de Status para ponernos de acuerdo sobre la forma en que nos enfrentaríamos a la negativa perpetua de los EUA a facilitar un verdadero proceso descolonizador; esta iniciativa de Venezuela Bolivariana podría ayudar a propiciar el marco jurídico y procesal que facilitaría desarrollar un proyecto que nos permita unirnos al proceso de integración de América Latina y el Caribe.
Hay una diferencia notable entre ambos procesos. Mientras los Estados Unidos han mantenido una política de simulada neutralidad que esconde sus verdaderas intenciones de profundizar y exacerbar las diferencias entre los dos sectores principales colonialistas: estadolibristas y estadistas.
De la CELAC lo que podríamos razonablemente esperar es la negociación de un proceso que siente las pautas para organizar un Congreso Descolonizador, Asamblea Constituyente o Coordinadora para la Integración. De un proceso amplio e inclusivo de organizaciones por la Independencia que la CELAC facilite podría surgir una verdadera delegación representativa de las aspiraciones del movimiento.
No podemos comparecer a este foro que nos abre sus puertas replicando las diferencias que han impedido que desarrollemos un verdadero proyecto descolonizador. Si vamos divididos poco podremos esperar de esta iniciativa. Si logramos encontrar y articular una propuesta unitaria de descolonización que pueda explorar las maneras como podemos reorganizar un proyecto para un nuevo país y superamos las animosidades y conflictos de casi medio siglo; entonces si estaríamos en el umbral de la Libertad en unión y solidaridad con los pueblos de Nuestra América.
Aprovechemos esta coyuntura. Seamos dignos de esta oportunidad. Que no se diga que, al final de cuentas, fuimos nosotros mismos los que saboteamos esta apertura hacia nuevos caminos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.