Al menos 11.000 millones de euros salieron ilegalmente de Italia en los últimos meses, en parte para escapar a los vaivenes de la economía, en parte para no pagar impuestos sobre esas ganancias. Se descubrieron casos increíbles.
Parafraseando el film de Woody Allen, Todo lo que usted siempre quiso saber sobre la evasión fiscal y nunca se animó a preguntar podría ser el título del nuevo capítulo que se está escribiendo en estos meses en Italia, desde que el gobierno de Mario Monti empezó a ajustar el torniquete y la Guardia de Finanzas (policía financiera) está poniendo al país patas para arriba.
Y se han descubierto las cosas más increíbles. Desde la señora elegante que pretendía pasar la aduana con 6000 euros escondidos en la ropa interior, hasta el señor que llevaba 12.000 billetes de 500 euros (valor total 6 millones de euros) en una valijita de mano, también pescado en el aeropuerto, y otros que tenían departamentos y autos de lujo en un lugar tan chic como Cortina d’Ampezzo, pero que en cambio declaraban al fisco sólo ingresos por 20.000 euros anuales, menos que un empleado público.
La huida de dinero italiano a los bancos suizos, al parecer, ha sido alarmante últimamente. Al menos 11.000 millones de euros salieron ilegalmente de Italia en los últimos meses, en parte para escapar a los vaivenes de la economía, que no se sabía para dónde iba, en parte para no pagar impuestos sobre esas ganancias. Y la huida podría no detenerse inmediatamente, a punto tal que el gobierno está pensando en negociar algunos tratados especiales con Suiza para tener acceso a la información que acumulan los bancos. A detectar a los evasores en los aeropuertos han contribuido algunos perros labrador, perfectamente amaestrados para oler la tinta de los billetes. Entre ellos Tango, un perrazo de pelo castaño y cara de bueno, que «trabaja» en el aeropuerto Malpensa de Milán.
Algunas cifras difundidas por la Agenzia delle Entrate (el equivalente a la AFIP argentina) dicen que el 42 por ciento de los propietarios de autos de lujo, el 32 por ciento de los propietarios de autos de gran cilindrada y el 27 por ciento de los titulares de aviones deportivos declaran al fisco réditos inferiores a 20.000 euros, cuando uno de esos autos cuesta no menos de 50.000 euros. La pregunta que se hace el Estado es simple: ¿de dónde sacan el dinero para comprarlo? Y eso es lo que todos ellos están llamados a demostrar. La policía financiera ha podido verificar, además, que muchos comerciantes declaran al fisco mucho menos de lo que en realidad venden, aunque en Italia existe la obligación de emitir un ticket o bien la factura, después de cada venta, sin importar el monto de que se trate. Y de ese ticket o factura queda una copia que constituye la demostración de esos ingresos.
Hay gente muy «imaginativa» en este sentido, dicen los expertos. Algunos propietarios de negocios emitían rigurosamente los tickets, pero de noche los destruían, alterando el mecanismo de la máquina que los emitía. Un empresario había creado seis distintas empresas para evadir impuestos, y ninguna de ellas hacía el balance anual. Otros, que tenían una agencia de venta de autos, no pagaban el IVA a quienes ellos les compraban los autos, pero en cambio lo cobraban a quienes se los vendían. Nunca pagaron ni un euro de IVA al fisco.
El año pasado, la policía financiera descubrió a 7500 evasores totales, que no habían pagado tasas por valor de 21.000 millones de euros. Estos personajes son los peores, dice la policía. No tienen ningún tipo de prejuicio en hacer lo que hacen. Ellos, para la agencia impositiva prácticamente no existen, y para no ser detectados, no tienen teléfonos o los cambian frecuentemente. También cambian de residencia. Pero tarde o temprano, los expertos financieros los descubren, como ocurrió con un señor con residencia en Lugano (Suiza), pero que en realidad vivía en Milán. No declaraba nada, pero se descubrió que tenía una casa faraónica en Sicilia, un yate y dos Porsche.
Desde principios de año, los «financieros», como también se llama a esa policía, están haciendo «visitas» inesperadas a los negocios de lujo, discotecas y bares, en localidades de vacaciones de los Alpes, como Cortina d’Ampezzo y Courmayer, pero también de Milán y pronto visitarán Roma y otras ciudades. Pero, curiosamente, desde que empezaron los controles, el número de tickets emitidos por los negocios aumentó «casualmente» en un 44 por ciento, se informó. Todos estos magos de la gran evasión fiscal, dicen, tienen un talón de Aquiles: el lujo. Y es por esa debilidad que han sido descubiertos por las autoridades.
Días atrás, hablando con la prensa extranjera en Roma, el viceministro de Economía, Vittorio Grilli, subrayó tres aspectos que, dijo, es necesario combinar para que la lucha contra la evasión fiscal sea eficaz. En primer lugar, hay que cambiar la mentalidad de la gente. «Se tiene que tomar conciencia de que evadir no es un hecho privado sino público» porque al no pagar al Estado, el Estado no puede cumplir con muchos de sus objetivos. En segundo lugar, hay que crear «nuevas normas» y multiplicar la «credibilidad de los instrumentos» que usa el Estado contra la evasión. Por último, hay que «dar a conocer los resultados» de esa lucha.
Aparte de las redadas de la Guardia de Finanzas por todo el país, el gobierno piensa poner en marcha, en junio, lo que ha sido bautizado como el nuevo «reditómetro»: una gigantesca base de datos que controlará, entre tras cosas, los movimientos de las cuentas bancarias (adiós secreto bancario…) y las empresas que tienen más de 100 millones de euros de facturación. Otras normas contribuirán a este proceso, como la prohibición de pagar en efectivo cualquier mercadería o servicio que supere los 1000 euros. Esta ley, que rige desde diciembre, intenta reducir no sólo la evasión fiscal sino también el lavado de dinero.
Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/elmundo/4-186988-2012-02-06.html