Artículos
La corrida se celebró en su honor en 1940, con motivo de su visita oficial para inspeccionar los sistema de seguridad de la dictadura y preparar la entrevista entre Franco y Hitler en Hendaya.
Texto publicado con ocasión del fallecimiento de su hija Mercedes, que vivió con él en Oviedo cuando era director del diario socialista ‘Avance’ y vivió Asturias la huelga revolucionaria de 1934.
Dirigido por Rossa Brines y producido por Félix Vidal, la Conselleria de Transparència i Memòria Democràtica de Generalitat de Valencia que dirige Rosa Pérez Garijo estrenó el pasado 15 de febrero en la televisión valenciana «Els àngels caiguts. El fanatisme dels psiquiatres de Franco». Este documental se presentó hace meses coincidiendo con el octogésimo aniversario del fusilamiento durante la dictadura franquista del rector de la Universidad de Valencia, Joan Peset i Alexandre (1886-1941).
Una vez sabidos los derroteros de la historia con dos de los protagonistas de la imagen que ilustra este artículo, el poeta republicano Antonio Machado -fallecido en el exilio al poco de cruzar la frontera pirenaica en febrero de 1939-, y el fundador de Falange Española José Antonio Primo de Rivera, fusilado en la prisión de Alicante por el gobierno republicano por conspirar y apoyar a los militares sublevados contra el gobierno del Frente Popular en julio de 1936, me ha parecido interesante saber por qué a finales de 1929 compartieron instantánea los hermanos Machado, el entonces presidente del Gobierno y dictador Miguel Primo de Rivera y su hijo.
“4.000 hombres y mujeres han muerto desde que la legión y los moros del rebelde Francisco Franco treparan por encima de los cuerpos de sus propios muertos para escalar las murallas”, escribió el cronista
El Tribunal Superior de Justicia de Madrid desestimó el recurso de apelación planteado por el anterior ayuntamiento progresista de Madrid contra la sentencia dictada el 21 de mayo de 2018, según la cual la avenida Institución Libre de Enseñanza volverá a llevar el nombre de Hermanos García Noblejas. En esa fecha, la jueza Ana Monreal estimó el recurso planteado por los descendientes de García Noblejas contra el acuerdo tomado por el ayuntamiento presidido por Manuela Carmena de llamar a esa calle con el nombre de la Institución Libre de Enseñanza, a instancias del Comisionado de la Memoria Histórica.
El pasado 10 de abril, en Radio Andalucía Información, el programa La Memoria entrevistó a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. Aparte de lamentar la actitud de la derecha española con relación a la Memoria Histórica, Hidalgo recordó a su padre y abuelo, perseguidos por la dictadura franquista y víctimas de uno de los episodios más violentos de la Guerra de España, popularmente conocido por La Desbandá. Las declaraciones de la alcaldesa me llevaron a rastrear en la documentación gráfica de aquellos hechos y a encontrarme con un singular ser humano, cuyo testimonio es uno de los más estremecedores de los que tengo conocimiento.
Este próximo mes de mayo la revista El viejo topo llega a su número 400. Al tratarse de una publicación de izquierdas, cuyo nacimiento data de 1976 y se edita en papel desde su primer número, bien merece consignación cuando tantas y magníficas cabeceras se vinieron abajo desde entonces. La de esta revista debe su nombre a Carlos Marx, cuando en un discurso pronunciado con ocasión del aniversario de People’s Paper (abril de 1856) dice: “En todas las manifestaciones que provocan el desconcierto de la burguesía, de la aristocracia y de los pobres profetas de la regresión reconocemos a nuestro buen amigo Robin Goodfellow [personaje de la obra de Shakespeare El sueño de una noche de verano], al viejo topo que sabe cavar la tierra con tanta rapidez, a ese digno zapador que se llama Revolución”.