Marc Vandepitte

Artículos

El “plan de paz” de Trump para Gaza es en realidad un plan de división étnica y ocupación permanente, y un trampolín para la deportación masiva. En respuesta el movimiento de solidaridad debe romper con el ritmo de protestas pasajeras y consolidar estructuras sostenibles.

COP 30

La influyente revista económica The Economist llega a una conclusión llamativa: mientras EE. UU. titubea y Europa duda, China avanza a toda velocidad hacia el futuro verde con parques solares, baterías y coches eléctricos. Si la cumbre del clima en Belém demuestra algo, es esto: sin hardware chino el mundo no alcanzará sus objetivos climáticos.

Nueva York está al borde de un terremoto político ahora que el socialista democrático Zohran Mamdani encabeza sorprendentemente las encuestas para la alcaldía. Sin embargo, su plataforma radical ha desatado una insidiosa campaña de desprestigio por parte de la élite establecida, que gasta millones para detener esta amenaza a su poder.

Trump fue a Corea del Sur para cerrar un trato, pero fue Xi quien se sentó a la mesa con una verdadera baza: tierras raras y medicamentos. Mientras las dos grandes potencias juegan al ajedrez por el nuevo orden mundial, Europa se queda mirando y amenaza con volver a elegir el camino equivocado.

Sopla un nuevo viento de resistencia por el mundo, alimentado por la Generación Z, que se alza contra las élites y la desigualdad. Esta revuelta juvenil digital ya ha hecho caer gobiernos, pero se enfrenta al desafío de convertir protestas fugaces en un poder sostenible y organizado.

Estados Unidos ha desplegado una enorme flota de guerra frente a la costa de Venezuela y ha llevado a cabo ya ataques mortales bajo el pretexto de la «guerra contra las drogas». La verdadera apuesta es tanto el cambio de régimen para hacerse con las gigantescas reservas de petróleo de Venezuela como su política soberana.

El reciente asesinato del activista de extrema derecha Charlie Kirk ha llevado las tensiones políticas en Estados Unidos a un punto de ebullición. El presidente Trump y su séquito aprovechan este incidente, que encaja perfectamente en un clima de polarización y violencia cada vez mayores, para reforzar su agenda autoritaria.

El genocidio en Gaza continúa sin obstáculos desde hace ya dos años. Sin embargo, la ONU dispone de un mecanismo para eludir el veto estadounidense y proteger a la población palestina, si la comunidad internacional finalmente se atreve a intervenir.

En Occidente conocemos el hambre como un simple rugido del estómago entre comidas. En Gaza, sin embargo, se ha transformado en un arma de destrucción estratégica: lenta, sistemática y letal.

Mientras varios países occidentales se preparan para reconocer al Estado de Palestina, Israel tiene previsto impedir, a muy corto plazo, que este Estado se materialice.

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