Después de dos días de paro nacional y más de cuarenta de protesta contra la privatización de la salud y la educación pública, el movimiento espontáneo de médicos y maestros, apoyado por amplios sectores de la población, continúa más decidido que nunca en su lucha. Días tras día, la lucha asume un carácter de insurrección […]
Después de dos días de paro nacional y más de cuarenta de protesta contra la privatización de la salud y la educación pública, el movimiento espontáneo de médicos y maestros, apoyado por amplios sectores de la población, continúa más decidido que nunca en su lucha.
Días tras día, la lucha asume un carácter de insurrección contra un gobierno y una clase política devastada por los casos de corrupción, narcotráfico, la venta de los bienes comunes y la privatización de los servicios básicos.
La Plataforma por la defensa de la salud y la educación exige la inmediata derogación de la Ley de Reestructuración y Transformación del Sistema Nacional de Salud y Educación, así como de los decretos ejecutivos (PCM) que declaran el estado de emergencia en ambos sectores y que crean comisiones especiales para su transformación.
En la noche de ayer domingo, el Gobierno derogó los decretos ejecutivos y firmó dos nuevos PCM, abriendo dos mesas de trabajo con el apoyo de pseudo dirigentes del sector Salud y Educación, que además de no tener mandato para firmar documento alguno, no cuentan con la autorización ni el respaldo de las bases que se han movilizado durante más de 40 días.
«Nos parece un nuevo engaño. Las protestas van a continuar hasta no conocer el contenido de los nuevos decretos», dijo la doctora Suyapa Figueroa, directora del Colegio Médico de Honduras.
Gobierno muestra el músculo
La protesta ha sido brutalmente reprimida por el gobierno que ha lanzado
a la policía militar contra manifestantes pacíficos a lo largo y ancho del país.
El saldo provisional es de al menos tres manifestantes asesinados, decenas de heridos y detenidos, entre ellos el joven Rommel Herrera Portillo, acusado de haber participado en el incendio de la embajada de los Estados Unidos en Tegucigalpa.
Ambigüedad estadounidense
Fuentes diversas consideran que el «ataque» a la embajada, sospechosamente dejada sin ninguna protección policial durante una de las jornadas más tensas de las últimas semanas, podría ser un «falso positivo».
El objetivo sería criminalizar la protesta y fortalecer a un tambaleante gobierno de Hernández.
Incansables
Médicos y maestros no han dejado de movilizarse. Incansables, se han desplazado a lo largo y ancho del país, cerrando las principales vías de comunicación, tomándose puentes y carreteras.
Han aguantado balas y gases, dispersándose para luego reagruparse y continuar las protestas, invitando a la población a unirse a una lucha que debe ser de todos y todas.
Estudiantes, movimientos indígenas, campesinos y obreros se han articulado con la Plataforma y acompañan la defensa de la salud y la educación públicas.
A diez años del golpe de Estado, quizás estamos presenciando un nuevo despertar que representa lo más innovador e interesante de esa lucha que trasciende lo gremial.
Hasta los partidos políticos de oposición han tenido que respetar la autonomía de este movimiento espontáneo. Sin ocultar su simpatía e invitando a sus simpatizantes a apoyar la protesta, no han interferido en las dinámicas internas de la Plataforma, ni en sus estrategias de lucha.
Fuente: http://www.rel-uita.org/
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.