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Misión sindical de la CSA en Panamá

Presidente Ricardo Alberto Martinelli: el «carnicero de Changuinola»

Fuentes: Rebelión

«La carnicería perpetrada por las fuerzas represoras en la región de Changuinola no puede quedar impune», sentenció Víctor Báez, secretario general de la Confederación de Trabajadores/as de las Américas (CSA), después de finalizada la misión que visitó Panamá durante el pasado fin de semana. El presidente Ricardo Martinelli, el «carnicero de Changuinola», solamente podría recuperar […]

«La carnicería perpetrada por las fuerzas represoras en la región de Changuinola no puede quedar impune», sentenció Víctor Báez, secretario general de la Confederación de Trabajadores/as de las Américas (CSA), después de finalizada la misión que visitó Panamá durante el pasado fin de semana. El presidente Ricardo Martinelli, el «carnicero de Changuinola», solamente podría recuperar alguna legitimidad «si hiciera efectiva una investigación objetiva de los hechos y procesase a los responsables».

El dirigente sindical insistió que lo ocurrido en Changuinola no fue solamente para dispersar una manifestación de protesta. «Los armados dispararon a matar con saña, contra todo el mundo, niños y niñas inclusive». Los muertos, hasta el momento, son por lo menos 11, según información de los sindicatos y organizaciones populares de la región. El número de heridos y mutilados se cuentan en 200 como mínimo, pues las balas de plomo alcanzaron el rostro y ojos de no pocas personas.

De acuerdo con relatos y testimonios recogidos por el secretario general de la CSA, aún se esconden en los bosques de la región numerosas personas que huyeron durante la «carnicería». La violencia en contra trabajadores bananeros ocurrió mientras el gobierno ha impuesto la Ley 30 que lesiona derechos fundamentales como a la huelga y a la libertad sindical. Otra medida, llamada Ley Carcelazo penaliza a trabajadores que realizan protestas en las calles, hasta con 2 a 5 años de prisión.

Los armados dispararon a matar con saña

Báez advierte de que el hecho en Changuinola no tiene nada de ocasional, «la persecución al movimiento sindical es un proyecto que el gobierno panameño viene desarrollando desde hace tiempo. El episodio en Boca del Toro quiso ser un castigo ejemplar que pusiese fin a las movilizaciones de los trabajadores y trabajadoras».

El «carnicero de Changuinola», por tanto, añadió, «debe derogar las leyes «30» y «carcelazo», recientemente proclamadas y que están en el centro de las protestas sindicales. Con participación de organizaciones sociales, sindicales y de la sociedad civil en general se constituyó una red nacional para la defensa de los Derechos Humanos.

El dirigente de la CSA se reunió, durante los días viernes y sábado, con representantes de las confederaciones afiliadas, CTRP, Convergencia Sindical y CGTP, además del Consejo Nacional de Trabajadores Organizados – CONATO, la Confederación Nacional de Unidad Sindical Independiente-CONUSI. Concedió tambien entrevistas y ruedas de prensa con periódicos y canales de televisión.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.