Allá arriba pretenden repetir su historia. Quieren volver a imponernos su calendario de muerte, su geografía de destrucción. Ante la situación conflictiva que se vive actualmente alrededor del Río San Juan en la zona fronteriza Nicaragua-Costa Rica, nosotras y nosotros, organizaciones sociales y populares hermanas de ambos países, convencidas y convencidos de que a nuestros […]
Allá arriba pretenden repetir su historia.
Quieren volver a imponernos su calendario de muerte, su geografía de destrucción.
Ante la situación conflictiva que se vive actualmente alrededor del Río San Juan en la zona fronteriza Nicaragua-Costa Rica, nosotras y nosotros, organizaciones sociales y populares hermanas de ambos países, convencidas y convencidos de que a nuestros pueblos los une una historia común centroamericana, una problemática estructural y económica compartida y que tenemos una misma herencia cultural expresada en las distintas manifestaciones indígenas y campesinas de nuestros pueblos y por lo tanto concientes de que nuestra historia se arraiga alrededor de la relación con nuestra Madre Tierra de la que somos hijas e hijos más allá del establecimiento de cualquier frontera.
Declaramos;
Hoy, alrededor del Río San Juan se manifiesta un conflicto canalizado hacia la problemática fronteriza que pone en evidencia que tanto en la parte de Nicaragua como de Costa Rica, se desarrollan grandes inversiones de capital dirigidos a la consolidación del modelo neoliberal y la consecuente instalación de megaproyectos y actividades agroindustriales que implican un alto impacto ambiental y que vienen a socavar las bases de las estructuras socioeconómicas y de las tradiciones culturales presentes en la región. Las comunidades a ambos lados del río, construyen su vida a partir de un intercambio comercial y cultural histórico.
El Imperialismo en aras de consolidar su control económico en la región, pretende buscar y establecer un pretexto que justifique su intervención, ocupación militar y hegemonía centroamericana. No es un hecho aislado. Es un plan exógeno a l@s nicaragüenses y a l@s costarricenses.
No es casual, que el Gobierno de Costa Rica y la Asamblea Legislativa en contra de la propia Constitución autorizaran la presencia de 7 mil marines y el atracamiento de buques de guerra, en territorio costarricense. Hecho relevante en la estrategia de aproximación al nuevo objetivo geopolítico imperialista.
Invitamos a que los pueblos no se confundan con los mensajes patrióticos y defensores de la soberanía. ¿ De qué soberanía hablan cuando permiten que barcos militares artillados, con la presencia de miles de marines estadounidenses, invadan con libertad de movimiento y protección (inmunidad) nuestros suelos para «combatir el narco y el lavado de dinero» ?
El problema de fondo no es el Río San Juan, ya que siempre se ha reconocido la total soberanía por parte de Nicaragua, sino lo que representa para el dominio geoestratégico, económico, comercial, político y militar del capitalismo global.
En el lado de Costa Rica tenemos el proyecto de la empresa minera canadiense Infinito Gold, grandes proyectos de agro exportadores en el cultivo de piña, banano y caña y varios programas de desarrollo de inversión turística.
En el lado de Nicaragua encontramos proyectos de Plantas Hidroeléctricas que se enmarcan en el SIEPAC como parte del anteriormente llamado Plan Puebla Panamá, así como grandes extensiones de cultivo de palma africana con financiamiento alemán direccionadas a la producción de biocombustibles y además la construcción de un canal interoceánico ( la Draga construida en Nicaragua) con el apoyo de fondos provenientes del ALBA.
Es así como se puede evidenciar la presencia en el área de muchos intereses nacionales, regionales y transnacionales que afectan directamente zonas como la Reserva Biológica Indio Maíz, Patrimonio de la Humanidad, el Humedal RAMSAR Caño Negro y el área protegida de Barra del Colorado
Con ello se ponen en riesgo las zonas de amortiguamiento ecológico, de las cuales ambos gobiernos han asumido el compromiso de conservación mediante diversos Tratados Binacionales, propiciando impactos ambientales que resultarían catastróficos por la ruptura de la conectividad de los diversos ecosistemas de corredor biológico mesoamericano.
En la actual coyuntura, el dragado del río para la potencial apertura de la ruta de tránsito interoceánico del Atlántico hacia el Pacífico y viceversa, y consecuentemente, frente al Monopolio del Comercio Mundial mediante el actual Canal de Panamá; el Río San Juan se convierte en un objetivo del imperio estadounidense, de las transnacionales y del gran capital privado.
En la construcción de esta potencial ruta de comercio internacional, se manifiesta un enfrentamiento de intereses entre el Imperio estadounidense y otros países como Venezuela, Ecuador, Bolivia, Irán, China o Rusia en virtud de los posibles impactos sobre el gran capital que circula en el Canal de Panamá.
El dragado es el primer paso de toda una estrategia de desarrollo fronterizo nicaragüense. Este tendría lugar en el delta del San Juan y se extendería 32 km hasta bahía Punta Castilla. Se espera que el 80% del caudal del río regrese al cause original. La afectación sobre el río Colorado, humedales y vida acuática sería significativa y se estiman consecuencias ambientales en Río Colorado, afluentes del San Juan (ríos Frío, San Carlos y Sarapiquí), en los humedales de Caño Negro y en la zona boscosa costarricenses.
Sumadas a estas valoraciones de carácter ambiental, no se pueden dejar de lado precisiones históricas, culturales y económicas que nos hacen concluir en la necesidad de no seguir alimentando el enfrentamiento de los pueblos ni fomentar posiciones retrógradas xenofóbicas, racistas y discriminatorias, cuyo único resultado es la diferenciación de clases, materializada en unos ricos poderosos disfrutando como nos peleamos mientras están a la espera de repartirse y disfrutar del botín adquirido.
No podemos alimentar el odio y menosprecio entre pueblos hermanos, es un peligro latente alimentar los sentimientos de rencor y rechazo, las nuevas generaciones, pagarán ese mal vivir. L@s herman@s migrantes de ambos países, son quienes enfrentan estos actos xenofóbicos y cargan injustamente las diferencias de nuestros malos gobiernos.
Debemos tener claro que ni la Presidenta Laura Chinchilla, ni el Presidente Daniel Ortega son interlocutores válidos para depositar nuestra confianza en sus mensajes ya que ellos también tienen y representan intereses ocultos en el flujo de capitales de la región.
La existencia de un pacto de silencio entre los Gobiernos de Nicaragua y Costa Rica es prueba de un acuerdo debajo de la mesa ya que a pesar de las denuncias, el Gobierno de Costa Rica no fue enfático en cuestionar el proyecto de dragado, y asimismo la actitud del gobierno nicaragüense fue permisiva ante la posibilidad real de que el proyecto minero Crucitas se concrete. Al respecto quedan muchas dudas sobre la reunión secreta entre el Canciller costarricense René Castro y su homólogo nicaragüense Samuel Santos el 21 de julio del presente año.
Por ejemplo, hasta finales de octubre las diferentes autoridades políticas costarricenses hicieron caso omiso del tema del dragado y más bien defendieron el argumento de que el mismo no tendría eventuales implicaciones de ningún tipo.
Tanto la presidenta Laura Chinchilla, la Cancillería General de la República, el Ministerio Nacional de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones así como legisladores tanto de la línea oficialista y de oposición como el Partido Frente Amplio negaron las posibles consecuencias del asunto.
Asimismo, esta situación se puede fácilmente visualizar a partir de los hechos acaecidos recientemente en la OEA; por ejemplo:
- Las continuas contradicciones de los funcionarios representantes de cada país.
- El incondicional apoyo del Gobierno de Panamá a Costa Rica porque es evidente su interés en preservar su monopolio y control de ruta comercial internacional.
- El incondicional apoyo de Colombia a Costa Rica porque pretende negociar con Nicaragua para que desista de denunciar y demandar la injerencia y ocupación militar de ese país en las aguas marítimas continentales e islas de San Andrés.
- El incondicional apoyo de Honduras a Costa Rica, porque busca que Nicaragua retire su posición en los organismos internacionales contra el Gobierno Golpista de ese país.
- La inconsistencia del gobierno costarricense en invocar su preocupación alrededor del impacto ambiental de las obras del dragado, cuando tiene vigente un decreto que declara el proyecto de minería de oro a cielo abierto Crucitas, como de interés nacional y conveniencia publica, ubicado justamente en el Cuenca del Río San Juan.
- Que el gobierno nicaragüense se pronuncie en este foro, y en la actual coyuntura, acerca del proyecto minero Las Crucitas, cuando después de 15 años (desde que inició el mismo) no ha dicho nada, a pesar de que representa un claro e incuestionable riesgo de contaminación y destrucción ambiental para el Río San Juan.
Hacemos un llamado a construir la paz con hechos.
Demandamos que el conflicto actual se dirima entre las representaciones de los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica, exclusivamente.
Rechazamos enérgicamente la posibilidad de participación de terceras fuerzas y la escalada del conflicto militar.
Como solución permanente a este recurso recurrente de los de arriba, demandamos la desmilitarización del área donde se focaliza el conflicto.
No aceptamos la internacionalización del diferendo, eso nos llevaría a mayores niveles de confrontación, aunque está claro que no es un conflicto exclusivo de intereses costarricenses y nicaragüenses, si no del gran capital.
Demandamos que el proyecto de dragado del Río San Juan y el proyecto minero Crucitas se detengan y sean retirados, por no haber sido consultados binacionalmente a nivel de las poblaciones asentadas en la gran cuenca binacional.
Es necesario el establecimiento de una agenda integral binacional, desde las organizaciones sociales, que busque atacar los problemas sociales, económicos y ambientales de la zona transfronteriza.
Demandamos como organizaciones sociales el compromiso que tienen ambos gobiernos en preservar, proteger, cuidar y desarrollar la cuenca del Río San Juan.
Condenamos todo acto xenofóbico, por más mínimo que parezca, ya que lesiona nuestra dignidad.
Desde nuestra perspectiva la solución es técnica y se resuelve con el amojonamiento de la frontera.
NICARAGUA – COSTA RICA
Firman:
Organizaciones del Movimiento Social Nicaragüense Otro Mundo es Posible
Confederación Solidaridad. Costa Rica – Nicaragua
Organizaciones de la Coordinadora Norte Tierra y Libertad y Coordinadora de Lucha Sur Sur, Ditsö. Costa Rica.
Grito de los Excluidos