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Elecciones generales en Nicaragua

Fuentes: Rebelión

El próximo 6 de noviembre 3,4 millones de nicaragüenses han sido llamados a las urnas para elegir a su Presidente, Vicepresidente, 90 diputados de la Asamblea Nacional y otros 20 diputados que le corresponden a Nicaragua para el Parlamento Centroamericano. Las fuerzas políticas en liza: Cinco fuerzas se disputarán el poder político de la República […]

El próximo 6 de noviembre 3,4 millones de nicaragüenses han sido llamados a las urnas para elegir a su Presidente, Vicepresidente, 90 diputados de la Asamblea Nacional y otros 20 diputados que le corresponden a Nicaragua para el Parlamento Centroamericano.

Las fuerzas políticas en liza:

Cinco fuerzas se disputarán el poder político de la República para los próximos cinco años. Por falta de espacio, nos centraremos en las tres principales: el FSLN, partido que dirigió la insurrección popular contra la Dictadura de Anastasio Somoza, continua su proyecto de soberanía nacional, fuerza interclasista pero de clara orientación popular, obrera y campesina, integradora de pequeña burguesía urbana más combativa, en un proyecto de superación de la pobreza y de la dependencia estadounidense, algo que no tiene parangón en nuestro marco europeo. Se presenta, con un conjunto de organizaciones sociales, como «Alianza Unida, Nicaragua Triunfa» en torno a un proyecto nacional que se declara cristiano, revolucionario y antiimperialista, cosa que tampoco tiene parangón en la cultura occidental de los países industrializados.

La segunda fuerza política está liderada por el octogenario Fabio Gadea, popularmente conocido por haber sido fundador, locutor de Radio Católica y dueño de Radio Corporación, cuya voz llega a buena parte del campo nicaragüense, donde se asienta un 70% de la población. Su liderazgo ha sido promovido por el banquero Eduardo Montealegre, combativo político que disputó las elecciones generales de noviembre de 2006 a Daniel Ortega, y que en el transcurso de estos años quedó descalificado por desviar dinero público a su banco por más de 400 millones de dólares1, cuando fue Ministro de Hacienda con el entonces Presidente Arnoldo Alemán (1997 2002). Gracias a una derecha socorrida por la embajada norteamericana, Fabio Gadea logra acaudillar la Alianza UNE en la que se mezcla una masa heterogénea, que va desde los viejos conservadores y nuevos financieros hasta el MRS (Movimiento de Renovación Sandinista), partido socialdemócrata, fundado por el escritor Sergio Ramírez en 1995, cuando se escindió del FLSN. Merece la pena tener en cuenta a esta disidencia, que también se reclama heredera de Sandino, porque aunque representa a un pequeño sector, que participó en la Revolución y que tuvo importantes cotas de poder en los Gobiernos revolucionario del período 1979-90, tiene influencia en Managua y un incondicional apoyo desde España (Prisa). Aunque hoy es casi extraparlamentario, sus líderes tienen voz por el eco que encuentran sus ataques al FSLN en las páginas de los dos periódicos editados en Nicaragua, La Prensa y el Nuevo Diario, subordinados a los intereses neo-colonialistas de Washington y de Madrid respectivamente.

Por último se presenta el incombustible -condenado por corrupción y ya absuelto-, Arnoldo Alemán con la firma PLC (Partido Liberal Constitucionalista), segunda fuerza en el parlamento actual, con muchos votantes en el campo por representar los intereses de los «finqueros», propietarios de tierras que emplean trabajo a jornal. Esta fuerza muy tradicional, al defender los intereses de un capitalismo agrario y nacional, la lleva a colisionar con la política ingerencista de los Estados Unidos.

Las encuestas:

Se han publicado varias encuestas estos días. Todas ellas dan como ganador de los comicios a Daniel Ortega entre el 48% y 60% de los votos. En segundo lugar Fabio Gadea, a mucha distancia, entre un 16% y un 30% y en tercer lugar Arnoldo Alemán entre un 12% y un 16%.

¿Cuál es el programa de la Alianza organizada en torno al FSLN?

En realidad, el FSLN lleva haciendo campaña desde que asumió la presidencia y formó el gobierno, tras las anteriores elecciones del 5 de noviembre de 2006. Su hoja proyecto podría exponerse básicamente en siete ejes: (1) lograr la autosuficiencia energética para el país, (2) invertir capitales asegurando el crédito al campesinado y la pequeña empresa por cuenta propia (objetivo a lograr gracias a la ayuda de Venezuela), (3) aumentar la producción para la exportación (carne bovina, oro, café, maní, granos básicos, mariscos y otros), para alcanzar cierta acumulación de capital (crecimiento del 6% anual en el despegue de estos dos últimos años), (4), preparar las condiciones para la producción masiva de alimentos (logro incipiente que precisa de una o dos décadas de esfuerzos), (5) diversificar las exportaciones reduciendo la dependencia frente a los EEUU (los nuevos socios comerciales en ascenso son ahora Venezuela, Rusia, Irán y otros latinoamericanos, especialmente Centroamérica. Los EEUU en descenso), (6) fomentar un sector público potente que sirva de contrapeso al sector privado en manos de una oligarquía feudal (objetivo iniciado con la erradicación del analfabetismo, la mejora de la sanidad y educación, hasta donde es posible -en este primer quinquenio- pues operan con un presupuesto raquítico, 30 veces menos que el de España en término per capita. Se precisa de una generación para consolidar este contrapeso), (7) acumular fuerza política para volver a ganar las elecciones en nuevos mandatos que permitirán consolidar el proyecto de una Nicaragua, con despegue industrial e internacionalmente respetada por su desarrollo económico. Evidentemente si un gobierno neoliberal ganara las elecciones esta senda se torcería y el proyecto podría aplazarse sine die.  

El balance de cinco años

En estos cinco años: el país ha doblado el monto de sus inversiones; el salario mínimo se duplicó; creció el empleo; se resolvió la crisis de energía eléctrica y se amplió de un 56% a un 70% la cobertura de ese servicio; gracias al bono productivo (programa Hambre Cero) 75 mil mujeres campesinas son ahora propietarias de animales productores de leche y carne y de otros medios domésticos; 217 mil mujeres ha recibido micro-créditos sin interés. Además, el analfabetismo se redujo del 32% al 4%; el Estado creó una red nacional de distribución de alimentos básicos, con cuatro mil puestos que los venden a precios más favorables que el mercado privado; 481.537 productores agrícolas de todos los tamaños, fueron sujetos de crédito. Adicionalmente, en cuatro años, el Gobierno entregó 1.397 millones de dólares en créditos para la agricultura. Hoy 152 mil empleados públicos reciben un bono mensual de 700 córdobas (unos 24 euros) como complemento salarial; las obras públicas se han multiplicado, etc. etc.

Las acusaciones de corrupción son lugares comunes que deben demostrarse ante la ley. Parecen dirigidas por el acoso político. No puede negarse que existan algunos casos de mal-manejo en la administración de los recursos públicos, pero la dimensión de estas desviaciones son ridículas comparadas con la corrupción masiva de nuestro entorno. Por otra parte es difícil que esto pueda corregirse mientras los sistemas de contabilidad no se asuman por todos, acusados y acusadores. Los detractores, incapaces de demostrarlo con datos fehacientes, caen en el maniqueísmo, el odio de clase, la palabra fácil, la calumnia o la venganza inquisitorial. Los espacios de libertad alcanzados con la revolución permiten a los adversarios políticos del FSLN ejercerlos abusivamente, sintiéndose amparados por las instituciones mediáticas de EEUU y la UE. De nuevo estamos ante la reproducción de una Santa Alianza conservadora y neoliberal, pero con una gran novedad: la Iglesia Católica ya no participa.

La economía nicaragüense ha salido de la recesión y está creciendo al 4,5% en 2011 y se nota hasta tal punto de que la patronal se ha abstenido de recomendar el voto a una fuerza en particular. El FSLN estaba obligado en este mandato quinquenal, que termina, a demostrar su habilidad para el despegue, de lo contrario sus adversarios habrían lanzado la acusación de «caos maldito» para deslegitimarlo con éxito. No han podido. No sólo no han podido sino que el Gobierno ha demostrado una gran pericia en la reconducción de la economía del país y la vida política, apoyándose en la movilización de masas y especialmente de una juventud entusiasta.

Por todos estos hechos se debiera reconocer que su Presidente Daniel Ortega Saavedra, ha demostrado ser un político con sentido de Estado. A pesar de sus pecados, aireados a los cuatro vientos, espoleando el morbo y con prácticas de guerra sucia, lo cierto es que sus enemigos políticos no han logrado derribarlo.

Nicaragua fue la primera experiencia de un camino al socialismo por la vía de la democracia representativa -recordemos 1986 y 1990-, pero también democracia directa y popular como se ejerce hoy a través de los Consejos de Poder Ciudadano instaurados en cada municipio. Y van a ser las urnas las que decidan si la población acepta o no esta hoja de ruta.

Nota:

1 EL PAIS, 5 de noviembre de 2006 «EL COMANDANTE CONTRA EL BANQUERO, Daniel Ortega, apoyado por Venezuela, se disputa la presidencia de Nicaragua con un multimillonario a quien respalda EE UU», por F. PEREGIL 05/11/2006

José M. Torres es Presidente de la Fundación RUBEN DARIO-CAMPO CIUDAD