Oriol Malló es periodista y autor, ha escrito varios textos sobre temas del pasado que marcan nuestro presente y dibujan nuestro futuro. Entre sus nueve libros destacan una aproximación a la guerrilla anarquista en el primer franquismo (La revolta dels Quixots, 1997) o un estudio sobre la relación entre Iglesia y totalitarismo (En tierra de […]
Oriol Malló es periodista y autor, ha escrito varios textos sobre temas del pasado que marcan nuestro presente y dibujan nuestro futuro. Entre sus nueve libros destacan una aproximación a la guerrilla anarquista en el primer franquismo (La revolta dels Quixots, 1997) o un estudio sobre la relación entre Iglesia y totalitarismo (En tierra de fariseos, 2000). Ganador del premio nacional de periodismo de Cataluña en 1992 por sus reportajes sobre la guerra de Yugoslavia.
Para ir introduciéndonos en la investigación histórico-crítica realizada en el libro «El cártel español», podrías definir qué propósitos e ideas fundamentales expone. Cuál era la intención a la hora de escribir la obra.
Primeramente era entender por qué en la campaña electoral de México en 2006 el aparato del estado español se volcó claramente con el candidato conservador, Felipe Calderón. Y por qué en aquel momento hasta Aznar vino a México a asentar cátedra sobre los períodos populistas. Inquietaba que tan naturalmente, incluso ante a una candidatura que finalmente no era ni siquiera un desafío al orden social −Manuel López Obrador en el partido de izquierdas− existiera una actitud tan determinada de rechazo por parte de España. En este caso fue la protección de intereses económicos, la posibilidad de que un candidato de izquierdas pusiera en cuestión o investigara mínimo una o dos empresas, o pusiera en cuestión el FOBAPROA (fondo equivalente al banco malo en España), y la forma como los bancos españoles consiguieron la privatización y control de bancos mexicanos.
Esas primeras preguntas pasan luego a la pregunta más profunda de qué es esto de la hispanidad, de qué manera las castas de poder en México se sienten criollas, tienen un «malinchismo» (identificación del extranjero como alguien superior), algo que cualquiera nota al principio. O como Darci Ribero dice, lo que son las capas primarias del poder, basadas en la historia. Cómo y por qué esto tiene tanta fuerza. Y por qué consiguió España tal penetración y poder siendo que su posición económica real en Europa es limitada y colonial. Cómo España siendo una colonia en Europa consigue ser sub-imperio.
Esa es la pregunta inicial que movió toda la investigación a partir sobre todo de los eventos de la campaña de 2006 en México, que fueron virulentos, y donde más o menos se podía observar toda la clase alta que se sentía criolla y malinchista al lado de España y de Estados Unidos. O sea, esas preguntas iniciales que tienen que ver con lo que uno siente cuando llega a un país de América Latina y empieza a descubrir cosas que desde España no se ven.
¿Cuáles son concretamente las acciones de este cártel? ¿Puedes situar algunos ejemplos?
Justamente de lo que se trata es de no ver la consecuencia o la secuela, que es la llegada de empresas españolas a toda América Latina desde Argentina en 1991, cuando empieza el desembarco. Sino por qué ese desembarco. Y ahí me fui dando cuenta de que hay un patrón histórico desde la pérdida de Cuba y Filipinas en 1898, de entender que España siempre quiso volver a su espacio natural, a su espacio colonial o poscolonial.
En el reparto del mundo en 1900, donde Estados Unidos ya tenía hegemonía sobre Latinoamérica, de alguna forma creo que la monarquía española y Alfonso XIII, el abuelo del Rey, entendió en los años 20 del siglo pasado la idea de que por un lado no había que ir contra la doctrina Monroe. La idea de que Estados Unidos era el enemigo de España −que aún puede ser el punto de la Guerra de Cuba− donde podía parecer que en aquel momento pues había una rivalidad, ya no venía al caso.
Otro factor a inicios del siglo XX es que toda América Latina estaba llena de gallegos, es decir, la inmigración de aquellos tiempos era brutal, quienes salían del puerto de Vigo. Cientos de miles partían de allí, fue brutal, en treinta años salió de España más gente que ahora. Pobres que poco a poco se fueron colocando en toda América Latina. Había pues una colonia española como no la hubo en toda la época virreinal. O sea, eso fue una novedad. Gente que luego se fue posicionando en el poder.
Así, Alfonso XIII tenía muy claro la idea de que la doctrina Monroe era buena porque nos protege de los bolcheviques −en los años veinte ya empezaba la Unión Soviética, ya tenía peso el comunismo, ya era real, instalado en Rusia− y por tanto Estados Unidos podía proteger lo que España no podía. Porque el poder del ejército español ya se había acabado en Cuba. Y al mismo tiempo de la protección militar, que se sacaba de Estados Unidos, nosotros teníamos la ventaja de la Iglesia, la religión, la hermandad compartida, y el hecho de que las clases dominantes de América Latina son hispanistas naturalmente. Alfonso XIII nunca fue a América, nunca viajó a América, pero «un borbón» tiene una idea muy clara de cómo funciona el mundo del hispanismo conservador, que él además representaba y simbolizaba. Esa comprensión de que ahí estaba el mercado natural, que podía ser el mercado porque las clases criollas −pese a que hubo unos arrebatos anti-hispanistas a partir de las independencias− entran en el poder, ya dejando el sentimiento del criollo contra el español, (ellos eran también eran españoles en la forma de tratar a las castas inferiores) España era un lugar donde naturalmente coincidían.
Esa operación inicia muy temprano. La primera prueba de que esto era posible la hizo la Real Academia Española, en el año 1919 ya empezaron varios artículos de Jaime Granados en Colombia. Acerca de cómo el español colombiano, que es un español totalmente puro y extraño, que es un invento digamos de la academia española que hacen que la gente hable un español que no tiene nada que ver con el español del que se habla por ejemplo en Venezuela, fuera la imposición de un modelo lingüístico como el que hablan en España. El idioma fue la primera prueba de que se podía controlar América Latina, porque la aceptación de la RAE, de los códigos lingüísticos que venían de España, por todos los académicos locales, con antecedentes en el siglo XIX, ya permitió entender que se podía, que las castas de América ya aceptaban esa nueva relación con la «madre patria», que sigue siendo madre y no hermana.
Eso ya se observaba por tanto en la lengua. De hecho, en 1892 cuando Cuba aún era colonia española, hubo varios encuentros en Sevilla y en Madrid, filológicos, culturales, y donde todas las repúblicas latinoamericanas vinieron a España. Ni una sola se negó a venir por el hecho de que Cuba fuera colonia española, o sea realmente, esa recuperación de América Latina, ideológicamente, ya estaba hecha.
Poco a poco, a medida a que añadimos más elementos, se llegó al final del siglo XX, años 80 y 90, cuando ya es posible armar una política exterior, con empresas con mucho efectivo, y con la mediación directa de Felipe González con las élites políticas. Las empresas ya sabían el momento en el que los gobiernos Latinoamericanos iban a privatizar, qué iban a regalar, ya sabían cómo entrarle al negocio. Era una larga historia que venía de antes, que el estado no estuviera preparado durante muchos años, eso no quiere decir que un siglo atrás había una línea histórica de recuperación de mercado.
En cuanto a las acciones concretas, en el libro citas el caso del campo energético en Argentina, el caso de la construcción aquí en México o también en Centroamérica. Bueno, igualmente la acción de los bancos como Santander o BBVA. Hay casos concretos de empresas que aprovecharon esos antecedentes que se enmarcan en lo histórico.
De hecho, en el año 1991, que es cuando Menem entra al paquete de leyes de energía en Argentina. Se sabe que un año antes fue a Madrid y plantea a Felipe González [que hoy ocupa puestos en esas empresas a las que enchufó en Latinoamérica] de lo que va a hacer en Argentina y la posibilidad de, a través también de negocios, ofrecer digamos la joya energética de Buenos Aires, además del gas y la telefonía. Que se repartió entre el Cártel de las empresas españolas. Le ofreció Menen en bandeja a F.G. que las empresas españolas de la época tuvieran información privilegiada. Sabían que iba a llegar esa privatización. Esteban Serra, uno de los personajes del cártel, me contó que ya conocían América Latina, había vivido en Bolivia muchos años. Le mandaron para ver qué tal, qué pasaba. Había ya un desembarco de empresas. El grupo que llega a Buenos Aires, se encarga de vender a la matriz española que eso iba a va a funcionar.
Con el dinero que sacan de comprar esas estructuras que le dejan a precio de ganga, entran como cártel reinvirtiendo en todos los demás países de América Latina. Los capitales que van sacando lo reinvierten en Chile, en Brasil, porque a España no llega nada. No se van a España porque hacienda se queda su parte. Luego lo que se hace es reinvertir y evadir al fisco. Pero la primera inversión es lo que permitió las compras a su vez en Chile y Brasil. Así los monopolios empezaron, como Telefónica, y poco a poco el cártel fue subiendo a México. Que tardó mucho más porque el proceso de apertura del mercado mexicano es más complejo por el papel en él de Estados Unidos. Empieza con la época de Cedillo. Son compañías de energía como, Abengoa, Iberdrola, Gas Natural, Endesa.
Cuando Endesa es comprada por italianos es el principio del fin del cártel, pues éste se encuentra en decadencia, más después de la crisis de 2008. Pero esto no quiere decir que la gerencia cambie, la alta burguesía es la gerencia. El capital es de Europa del norte, la City, o de Wall Stret, sin embargo la gerencia es española. Como en el grupo PRISA, el capital es de Estados Unidos y francés, pero la gerencia es española. El coyote, es decir, quien le hace el juego a la empresa en América Latina, se entiende con el gerente español. El coyote es el que se encarga de mover contactos. Hay tres niveles, el capital, la gerencia, y el coyote que pone la empresa en América Latina.
Las redes por ejemplo, en México, vienen de asturianos, que tienen la gerencia de Coca-cola en México. Es el caso también de Lala, marca de lácteos, Bimbo, etc. Son grupos en los que sus abuelos eran españoles, identificados con la España más rancia, conservadora, católica. Lo que hace que exista una conexión. Es el caso de la cerveza Corona, Coronita en España. Los dueños acaban siendo igualmente embajadores en España, y de las relaciones hispano-americanas. Los orígenes españoles y de mentalidad hispanista se imponen e incluso son más importantes de lo que pensaba cuando escribí el libro. Es una fuerza brutal de contactos, palancas, enchufes, que van a permitir que el cartel español, en términos de estrategia, sepa por dónde tiene que meter el gol.
El origen de la fuerza de este cártel tú lo basas en un genocidio, cuál, cómo.
Lo colonial en España nunca se entendió. Y el caso fue el de los africanistas. En España se tiene una visión de América muy siniestra. Al indiano que llega de vuelta a Asturias, pues nadie le pregunta de dónde viene su dinero. Todo el mundo sabe que no inventaron nada, sino que algo robaron, o tuvieron una hacienda. No hay una historia bonita detrás del enriquecimiento de América.
Pero nadie hace esa conexión con los africanistas, quienes habían perdido la guerra en Cuba y se quedaron en el norte de África. El norte de África era todavía una colonia. Donde se tenía un manejo del gobierno, traficando con hachís ya en aquella época [recordemos el reciente caso del navío Sebastián el Cano]. Un mundo donde no se tenían que dar explicaciones a nadie. En España nadie quería saber nada de los africanistas, que eran violentos. Donde se confiaba que nunca iban a hacer nada en España. En África tenían regimientos. En contra de los moros. Fue también la guerra contra Abd El Crim que duró veinte años matando con técnicas modernas para acabar con la subversión. Es decir, llevaban 20 años matando gente. Llevaban sin matar apenas pocos años. Desde 1898 hasta 1921. Y su mentalidad era digamos de cruzada, de guerra, y de genocidio. Por tanto lo traían en la sangre y lo aplicaron de una forma inesperada. En España nadie imaginaba eso. Porque también había un racismo implícito, la guerra se hace a los negros en Cuba y a los negros en África, pero no a los españoles. Luego en el 36 ya la cosa no fue así.
De manera que la Guerra Civil se articula con las empresas del cártel durante el franquismo.
De hecho, había la idea de que el franquismo no tenía política para con Latinoamérica. Lo cual no es cierto. El nazismo cayó y Franco quedó aislado. Sin embargo la cultura hispánica se trabajó. En cada país hay el libro de Jara que ahora es doctor y profesor en la Universidad de Chile donde cuenta toda la cultura hispánica en Chile. La mayoría eran abogados, gente de empresa, muy ubicada desde Guatemala hasta Chile con los gobiernos de la época. Eran gente que por más que parecieran vejestorios eran personal ubicado en el poder. Por ejemplo en Chile Jaime Guzmán, presidente del Centro de Cultura Hispánica en Chile. Era gremialista, católico, se convirtió en el hombre de cámara de Pinochet. Para hacer otro genocidio allí. El genocidio del 74 después de destruido Allende. Matar primero, imponer un orden después, como en el franquismo. Para que llegue la democracia que llegó en el 88.
La relación entre el Chile de Pinochet y de la España de Franco está clara. España es el modelo, por eso Pinochet va al entierro de Franco y por eso Jaime Guzmán es el asesor de Pinochet. Luego entonces, el hispanismo que parecía una cosa rancia y antigua seguía estando presente. Y siempre hubo congresos, eventos en Madrid. Eso existió en la época de Franco, también con becas, en cultura, pintura. Igualmente en la Iglesia, con seminarios, comidas, etc. Es decir, el franquismo mantuvo una red cultural. Que luego aprovecharon las empresas que tomaron poder con el franquismo. Que a su vez se había basado en el genocidio en contra de republicanos.
Franco era un modelo de éxito. En los 60 «España ya va bien», crecía, la industria iba de maravilla. Un modelo de tranquilidad social en donde el orden se impuso. España era un modelo para todo. A partir de los 70. Cuando llegan las dictaduras a América Latina, en España demostraba que la paz se imponía a base de degollar cuellos, después de esto, encima, en los años 80 España ya era democrática, recibiendo los exiliados de América Latina, para que «aprendiesen», que así funciona la democracia también. De este modo, aprendemos que si en vez de hacer guerrilla, hacemos coexistencia con los poderes fácticos, el exilio vuelve. Eso lo que Felipe González enseñó al exilio Uruguayo, Chileno, etc. Sin ir a palabras tan feas como «expropiar». Es decir, España fue modelo para el genocidio [de la Operación Cóndor] y fue modelo de transición democrática.
El modelo democrático de Felipe González fue una maravilla. España ya no era la España franquista, era la España de la movida, de la democracia, de la liberación sexual. En España entonces todo el mundo era feliz. Ergo entonces España siempre consiguió estar a la vanguardia de esto.
Otra clave más en las redes de poder fue que durante veinte años Cuba fue «el lugar», o sea, desde la revolución cubana en 1959 hasta los 80, son veinte años donde Cuba es también una referencia y todo el mundo «se conoce en Cuba». Digamos España aprovechó las sinergias creadas en Cuba y en México. El boom Latinoamericano, valiéndose del tema cultural, para poner bases para otra parte del cártel, las editoriales. Se creó durante esa época una atmósfera de igualdad con España, de sentimiento solidario, hermana e igual al resto de América Latina. Incluso me acuerdo que yo era joven, de que había una sensación de afinidad cultural absoluta. Entre América Latina y España. Esto se rompe cuando hubo el boom de la España «moderna», «europea», «democrática», cuando entra el euro, bla, bla, bla.
Entonces hay un marco común en Latinoamérica y en España desde donde poder hacer la crítica a la oligarquía española, puesto que las redes coinciden para explotar a España y a América Latina a la vez.
Pero el problema es que si España se conectó durante 15 años. El hispanismo, es una forma de control español, también en la época de Franco. Cuando llegaba algún latinoamericano en los 40 y 50 a España, no necesitaban pasaporte. Porque si llegaba en avión eso quería decir que era rico, y nadie preguntaba nada. El latinoamericano era como el español, hermano, pero eran conservadores, católicos, decentes. También la izquierda se comparte en una comunidad, y no hay sentimientos de superioridad. Cuando eso se rompe, España vuelve al autismo natural, de la matriz imperial. O sea, En general, por norma, yo creo que sigue siendo lo que siempre ha sido, es decir, que Latinoamérica no existe. En el imaginario, sólo existe el pariente, el tío de América. La otra clave es «nosotros somos europeos» y «ellos son sudacas», que sí existe. Aunque ahora más o menos pueda haber gente que vean las claves de los gobiernos puestos en América Latina, en general, entre la gente, no hay un pensamiento, una reflexión sobre América Latina. Hubo un momento de solidaridad con el Zapatismo, por ejemplo, muy fuerte. En Barcelona me acuerdo muy bien, pero ya en realidad, como algo muy «oenegero».
Pero, tú dices, estructuralmente en la economía, los latifundios es una forma que coincide en Latinoamérica y en Andalucía y Extremadura. La explotación que pueda hacer la oligarquía de la energía, es la misma que hacen las empresas en la España del tarifazo. Quiero decir, ese cártel, no da tampoco ningún beneficio al pueblo español. Por tanto, es una oligarquía que establece un terreno de explotación tanto en España como en Latinoamérica.
Sí, pero nunca en Madrid se leerá el Excélsior [periódico mexicano]. Eso es ridículo pensarlo. El cártel es lo mismo: hay quién manda. Y El País sí se lee en Latinoamérica. La clave es que España, siendo la cola de ratón que es en Europa, tiene la conexión con América Latina. Son los españoles los que manejan esa relación. España no pinta nada en el nivel colonial internacional. Sin embargo, en el reparto de poderes España tiene la ventaja de sacar réditos. Aunque los españoles no sacan nada, es la oligarquía la que se enriquece.
Incluso en la gestión y no siendo los propietarios del capital. Pero la clave es que al menos la gerencia no se pierde del todo. El capital es gringo, alemán, francés. Pero los gestores son españoles. El poder que da la gerencia, le permite seguir manejando dentro de España como su cortijo. Botín, por ejemplo, tiene a la banca alemana detrás, los Botín no son dueños del Santander, pero garantiza que la deuda española se siga pagando. La gerencia está al servicio de los amos de verdad. Todos estos grupos han dominado y dominan.
PRISA es lo mismo, los sucesores están vendiéndolo todo. Pero la gerencia sigue siendo de ellos. Aunque sirvan a intereses de Estados Unidos, los que ponen el capital. Y por tanto, serán siempre de segunda. Pero cuidado, en México están los criollos hispanófilos. Que tienen la FEMSA, que es Coca-cola. Hispanomexicanos que están en México. Que son fieles a España, que le da una potencia. Es una España de la alta burguesía, la de siempre, la de toda la vida, la que mató, la que pagó la Guerra Civil. Pero es una red de relaciones que está muy bien compactada. Y que tiene una capacidad de maniobra muy importante, incluso, muchas claves. Cuando ocurrieron tensiones con Venezuela mandaron a Raúl Morodo, un tipo muy listo que siempre de alguna forma calmó a Chávez, y al final acaban haciendo los navíos en Cádiz. O en Cuba, por ejemplo, donde España siempre a base de no apoyar el bloqueo completamente, las empresas tienen un peso impresionante. Hacen de policía bueno. Y se basa en una red que España utiliza como formas de influencia, de imperialismo suave. Que sólo es posible en contextos como Cuba. Queda la alternativa de Miami o Madrid. Si es Miami, esto destruiría a Cuba, por eso también interesa tener la influencia de Madrid. Que no aprueba completamente el bloqueo.
Sin embargo, como dices, el cártel está en decadencia. Crees que eso puede llegar a pasar en España. Que la población española acabe teniendo, digamos, un papel parecido a los gobiernos Latinoamericanos que están expropiándolas, expulsándolas, haciéndolas cotizar más, etc.
Este caso sería peculiar, con el IBEX 35. Las empresas están en decadencia porque algunas están muy mal. Recapitalizadas por otros capitales. Rescatadas. Esta crisis, ha afectado a las cajas de ahorro, que han desaparecido. La banca las ha absorbido. Y nadie ha cuestionado el hecho de que ahora la banca se ha quedado con más de lo que nunca tuvo en España. Si hay un miedo creo que es a Podemos.
Miedo a un cambio que la banca no pueda acabar de controlar. Pero, por un lado hay un resorte importante que es Europa. Primero que no caiga Madrid. Que caigan ayuntamientos, que caigan comunidades autónomas. Pero que no caiga Madrid. O incluso cuestionar la deuda. O aplazarla, idea que también comparte Syriza. Ahí veremos cuál es el margen de acción de un gobierno que no está en el orden habitual. Ahí se verá también el pánico o no. La oligarquía lo que quiere es que esto se mantenga tranquilo. Que pase el tiempo y que se acepte el patrón de crisis habitual. Como en México, donde son ya 30 años de crisis. La crisis se vuelve estable. Por eso Podemos habla de «ventana de oportunidad», donde la gente piensa en cambiar las cosas.
Todo el mundo sabe que es Alemania quien manda en España. Pero te construían las carreteras. Venían turistas, etc. Todo estaba perfecto. Sin embargo, cuando hablamos de salir del euro, la gente se espanta. Es el discurso de la corrupción, del «que se vayan todos» como en Argentina. Pero cae un poco en Holloway, quien dice que no hay que tomar el poder. O en Foucault, «todo es poder asqueroso» de manea que lo que tenemos que hacer es irnos a casa.
Y también está la idea de que Europa es la solución, que viene también de Franco. La única manera de evitar el populismo en el voto, es que la gente no vote. Y así ha sido en Europa, en donde los ciudadanos no votan nada. El franquismo siempre se vendió a Europa. Para mantener digamos, su poder absoluto, de rentistas. Pero nunca fueron patriotas de nada.
Los que financiaron la guerra en España, por ejemplo el caso de los que llevaban las empresas eléctricas, luego hicieron a Franco que eso no se nacionalizara del todo. Carrero Blanco se quejaba del poco nacionalismo de esas empresas, y de que en el fondo trabajaban también para otros. España no es Turquía, ni México, que mantienen quien más quien menos su soberanía. En España no, las empresas con capitales externos dominan como en un feudo. Por eso Carrero acabó volando por los aires. Nadie, por cierto, podía saber por dónde pasaba Carrero Blanco. En la España de Franco todo estaba controlado. No se hablaba ni en los taxis, todo el mundo sabía todo, los falangistas eran muy pocos pero eran los señores de las pistolas que controlaban todo. Como les hablaras de tú te apuntaban a la cabeza con la pistola. Usaban la pistola para tener poder. El PRI en México fue diferente, nacía de la gente, se volvían corruptos al pasar de los años, pero venían de la gente. En España no. Cualquier falangista sabía que su pistola era su poder y si no te callabas te mataban. Eran colonizadores. Cada uno de ellos se portaba como si estuviera en la colonia.
Todo esto también explica que haya un nacionalismo Vasco, Catalán, Gallego. Si no hubo república hubo sí, una nación fundada con la fuerza de una pistola contra la población. Así ganaron. Se hizo entonces una nueva casta burocrática y criminal que puede llegar a ser peor que la que mata. Pero siempre con la leña, leña, leña, por delante. Eran gente poderosa que tenían claro que había que vigilar a las masas. Igual que en la colonia. Como en Marruecos. Lo importante en el franquismo era saber quién manda y quien obedece. En esa parte España es una colonia de sí misma.
Diego Morollón. Estudiante de Estudios Latinoamericanos en la Universidad Nacional Autónoma de México.