El caso de una niña dominicana de 11 años de edad, convertida en madre hace dos semanas y en estado grave ahora, mantiene hoy opiniones encontradas sobre el aborto en esta nación caribeña. La situación posee el agravante de que la menor fue violada por un cuñado de 28 años de edad, quien obligó a […]
El caso de una niña dominicana de 11 años de edad, convertida en madre hace dos semanas y en estado grave ahora, mantiene hoy opiniones encontradas sobre el aborto en esta nación caribeña. La situación posee el agravante de que la menor fue violada por un cuñado de 28 años de edad, quien obligó a la víctima, bajo amenaza de muerte, a mantener silencio.
Ante el problema, varios especialistas, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación defienden el aborto como salida a futuros males, mientras que otros sectores permanecen indiferentes o aferrados a sus conservadores criterios.
De acuerdo con el Código Penal dominicano, está prohibida toda acción que atente contra la vida desde la concepción del feto hasta el final de la existencia de la persona.
Sin embargo, consideran diferentes voces, existen circunstancias en las cuales se justifica la interrupción del embarazo como la mejor solución para proteger la vida.
Colectiva Mujer y Salud, el Foro Feminista y la Asociación Dominicana de Periodistas con Perspectiva de Género denunciaron que la ley en su país impida dicho proceder y se ponga en riesgo la existencia de una menor.
Las tres organizaciones mostraron gran preocupación por la inseguridad de niñas y mujeres con relación a situaciones que comprometen su derecho a la vida y la integridad personal, y vulneran sus derechos sexuales y reproductivos.
Hacemos un llamado a la sociedad dominicana, afirmaron, para que en conjunto velemos por la vida de la menor afectada, quien está actualmente en la unidad de cuidados intensivos del capitalino Hospital General Plaza de la Salud.
Expusieron que la legislación dominicana al prohibir de manera absoluta la interrupción del embarazo sometió a la menor a un trato cruel, degradante e inhumano, y la puso en un hilo entre la vida y la muerte.
Resulta extremadamente arbitrario, recalcaron, que una mujer, víctima de violación sexual no tenga en nuestro país el derecho a decidir sobre su vida, su cuerpo y su sistema reproductivo.
Al mismo tiempo, dichas organizaciones demandaron de manera urgente la despenalización del aborto por violación, incesto y cuando corre peligro la vida y la salud femenina.
Obligar a parir a una niña violada, quien pidió una muñeca cuando tuvo un momento de lucidez, es una violación a los derechos humanos y de la niñez, es un acto de tortura que no podemos tolerar, recalcaron.
En agosto pasado, la joven de 16 años de edad Rosalba Almonte, enferma de leucemia y embarazada hasta poco antes de su fallecimiento, se convirtió en un símbolo de la lucha entre concepciones opuestas sobre el aborto.
Durante varios días, los médicos enfrentaron presiones para terminar el período de gestación de la paciente, necesitada de un tratamiento de quimioterapia con el objetivo de prolongar su existencia.
Desde el punto de vista científico en las condiciones de Almonte era necesario el aborto; pero mucha gente se opuso a tal proceder y con ello a las sesiones de quimioterapia.
Las autoridades médicas indicaron que hicieron lo que clínicamente era necesario, con independencia de tantas presiones a su alrededor y en los medios de comunicación masiva.
Hoy es día de luto y vergüenza para el país, había conciencia de que el embarazo la ponía en alto riesgo, pero prefirieron arriesgar su vida a realizarle el aborto terapéutico, puntualizó Colectiva Mujer y Salud el día de la muerte de la joven.
A falta de la divulgación completa y transparente de resultados de autopsia, cosa poco probable en esta nación de jerarcas todopoderosos y autoridades miedosas, quizás nunca sepamos a ciencia cierta lo que ocurrió, agregó el grupo.
La doctora Liliam Fondeur, ginecóloga y feminista que llevó el caso a la opinión pública, apuntó que los médicos forenses le confirmaron que no se hizo la autopsia de ley.
Frente a tales hechos muchos se preguntan si resulta preciso terminar con una vida en los intentos por conservar otra que está por venir.