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Se cumple el 80 aniversario de la liberación de París sometido a la ocupación nazi

Amado Granell, Ramón Gualda, Miguel Campos… los republicanos españoles que liberaron París

Fuentes: Rebelión [Imagen: Wikipedia]

La revista Tiempo de Historia dedicó la portada y un artículo del tercer número -en febrero de 1975- a Los republicanos españoles en la liberación de París; ejercía como director de la publicación Eduardo Haro Tecglen y firmaba el texto de 20 páginas el escritor Eduardo Pons Prades; en la fotografía de la primera plana figuraba el combatiente Ramón Gualda junto al blindado Madrid; la liberación de París –de la ocupación nazi- tuvo lugar en el verano de 1944.

Los españoles de La Novena Compañía entraron en la capital francesa el 24 de agosto; a finales de julio La Nueve había desembarcado en las playas de Normandía con 144 españoles, subrayaba Eduardo Pons Pades, quien añadía:

“Ni un solo historiador (ni R. Aron, Noguères, Degliame, Tillon, Vigier, Hamon, Frenay o Vistel, entre otros) ha podido pasar por alto la presencia de los españoles en los momentos más críticos de la lucha contra las fuerzas de ocupación”.

El artículo distinguía dos fases en la liberación de París; la primera, entre 1940 y 1944, de larga lucha contra el ocupante, en la que se ordenan y articulan las fuerzas que promoverán el levantamiento de agosto; y la segunda –del 19 al 26 de agosto de 1944-, que concluiría con la liberación de la capital francesa.

Además de la fotografía del granadino Ramón Gualda en la rue de Rivoli, el texto de Pons Prades incluye imágenes del capitán Raymond Dronne, jefe de La Novena Compañía de la Segunda División Blindada de la Francia Libre (división Leclerc); el sargento Domínguez, de Extremadura; el brigada catalán José Cortes; el alférez valenciano Amado Granell; o los alféreces Campos (canario); Montoya (andaluz) y Moreno, de Madrid; también de los autos blindados prestos para el desfile por el París Liberado.

Otra aproximación a los hechos es la del ilustrador Paco Roca, en la novela gráfica Los surcos del azar (Ed. Astiberri, 2013); en el cómic de 326 páginas, el exresistente republicano en el exilio, Miguel Ruiz, introduce la siguiente explicación: “De Gaulle insistió a los Aliados en que tenían que entrar en París antes de que se produjera una masacre”.

A lo que responde un joven historiador, que ha viajado a Francia para entrevistar a Ruiz: “He oído que una de las razones de peso ocultas de De Gaulle era que no quería que los comunistas, que eran mayoría entre los sublevados, le quitaran la gloria de la liberación”.

En la siguiente viñeta, Miguel Ruiz confirma la anterior impresión: “Eso se rumoreaba. París debía ser liberada por el Ejército de la Francia Libre. El 23 recibimos la orden de avanzar hasta los alrededores de la ciudad, que ya estaba rodeada por los americanos. La Nueve avanzaba veloz, hicimos 200 kilómetros en un solo día”.

En el cómic, el veterano luchador expresaba su malestar ante la omisión de un hecho: la participación de los extranjeros en el Ejército de la Francia Libre (estos procedían, por ejemplo, de España, Italia, Polonia o “aquellos pobres” chadianos).

¿A qué se debía esta desatención? Entre otras razones, a la intención -por parte del Estado francés- de reescribir la Historia, tras el “ambiguo” papel que mantuvo durante el régimen colaboracionista de Vichy (Gobierno del general Petain, entre 1940 y 1944).

Las viñetas dan cuenta de cómo los blindados iban a escoltar a De Gaulle y las autoridades en el tránsito por los Campos Elíseos; cerca de la comitiva del general galo irían Les Cosaques, el Madrid, el Don Quichotte o Les Pingouins, y detrás el teniente Amado Granell, que encabezaba el resto de La Nueve.

En resumen, explicaba Miguel Ruiz en una de las ilustraciones, de todos los extranjeros que tuvieron que exiliarse por el fascismo –“en cierta forma todos ellos igualmente ignorados por la historia oficial francesa”-, los españoles eran los únicos que no contaban con un hogar al que retornar tras la victoria.

La periodista e investigadora Evelyn Mesquida llevaba una década trabajando sobre La Novena Compañía, en artículos que dieron lugar al libro La Nueve. Los españoles que liberaron París (Ed. B, 2010); la mayor parte de los protagonistas no había cumplido la veintena cuando combatieron -en 1936- en el ejército republicano o en las milicias populares.

La autora remarca que 146 de los 160 soldados que formaban La Nueve eran de nacionalidad española, o de origen hispano; añade, a partir de testimonios como el del Capitán Raymond Dronne, líder de la unidad militar, que se trataba a menudo de anarquistas (la tercera sección del alférez Miguel Campos), pero también de republicanos y socialistas; provenían de todas las regiones del estado español.

Según el Capitán Dronne, “en su gran mayoría no tenían el espíritu militar, eran incluso antimilitaristas, pero eran magníficos soldados (…)”; además del canario Campos, Donne destacó el desempeño del comandante francés Joseph Putz, de la División Lecrec, y el de Amado Granell (Carnets de route d’un croisé de la France Libre, 1984).

El teniente Amado Granell había nacido en el municipio de Burriana (Castellón), en 1898; Evelyn Mesquida recuerda que el blindado conducido por Granell entró en los Campos Elíseos el 26 de agosto de 1944, con dos banderas: la Cruz de Lorena de la Francia Libre y la enseña de la República española; el día anterior el periódico Libération publicó en su portada la fotografía del soldado valenciano, con el titular Ils sont arrivés.

Un trabajo más reciente es el del catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza, Diego Gaspar Celaya, titulado Banda de cosacos. Historia y memoria de La Nueve y sus hombres (Ed. Marcial Pons, 2022); apunta que La Nueve fue constituida en el verano de 1943 en Argelia y disuelta en 1945. ¿Una compañía española?, se pregunta el historiador; y responde que, durante el citado periodo:

“Al menos 360 hombres de 14 nacionalidades sirvieron en las filas de La Nueve (…); una compañía transnacional en la que, además de 181 españoles, sirvieron decenas de antifascistas europeos, jóvenes norteafricanos y franceses huidos de la metrópoli”.

Gaspar Celaya añade que  la mayoría de los oficios declarados por los españoles de La Nueve tenía relación con la construcción/metalurgia (31%); y concluye: “Más de 170 hombres alcanzaron París la noche del 24 de agosto de 1944, entre los que encontramos 68 españoles pertenecientes a la sección de mando y a la segunda  y tercera secciones de combate de La Nueve”.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.