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América Latina: El desafío de integrar las agendas por la diversidad

Fuentes: SEMlac

Construir las agendas políticas del respeto a la diversidad, en diálogo con los proyectos de cada país, pero estableciendo también alianzas a nivel continental es uno de los desafíos del movimiento LGTBIQ (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales, intersexuales y queers) en América Latina, coincidieron activistas en conferencia virtual, el 17 de mayo.

Para el argentino Dario Arias, cosecretario de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex para América Latina y el Caribe (ILGA-LAC), es muy importante analizar cómo se diseñan las agendas políticas del movimiento.

«Tenemos el reto de construir una agenda desde nuestra realidad, con los errores y aciertos que esta tenga», precisó Arias y alertó acerca de una tendencia reciente a asumir programas que responden a otros intereses.

Arias, junto a la mexicana Ari Vera Morales, también cosecretaria de ILGA-LAC, participó de la conferencia virtual «Desafíos de los movimientos LGBTI en América Latina y el Caribe», moderada por Manuel Vázquez Seijido, subdirector del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) y trasmitida desde las redes sociales de esa institución y de la plataforma EntreDiversidades.

La trasmisión es parte del programa de las XIII Jornadas Cubanas Contra la Homofobia y la Transfobia (JCCHT) organizadas por el Cenesex y pasó revista a la situación regional de las poblaciones con diferentes orientaciones sexuales e identidades de género en el área.

De acuerdo con Arias, en el camino de garantizar los derechos de estos grupos se requiere de una agenda «que combata y confronte el neocolonialismo», conectada con las problemáticas reales de cada país y comunidad, y no a expensas de las pautas de algunas agencias internacionales «que suelen perder la perspectiva de los contextos reales».

Según el activista, la región latinoamericana ha sabido construir «desde sus entrañas» proyectos políticos emancipadores que han avanzado en derechos para las comunidades LGTBI, lo que contrasta con otros «neoconservadores y neofascistas», como el de Brasil, que han endurecido sus condiciones de vida y seguridad.

Sin embargo, incluso en países con logros sociales, quedan desafíos pendientes, pues a algunos de esos procesos les ha sido difícil incorporar la agenda de los derechos sexuales y reproductivos, agregó.
Arias insistió en tener muy en cuenta también que «muchos derechos que hemos conquistado pueden, lamentablemente, perderse», e ilustró con el caso de Argentina durante el gobierno conservador de Mauricio Macri.

La mexicana Ari Vera Morales, por su parte, reconoció el avance de América Latina y el Caribe en materia de legislaciones sobre orientación sexual en comparación con el continente africano o el Medio Oriente.

«ILGA tiene entre sus publicaciones un mapa sobre las leyes sobre orientación sexual en el mundo, donde se puntualiza muy bien la situación», explicó la activista mexicana.

Según la publicación, 34 países tienen alguna manera de respaldar o proteger legalmente el matrimonio o la unión entre personas del mismo sexo, lo que significa alrededor de 73 por ciento de avance.

A juicio de Vera Morales, «pareciera que nuestro continente va a la avanzada, en un buen camino». Enumeró los casos de naciones como Bolivia, Cuba y Ecuador, que incluyen en sus constituciones protección contra la discriminación por orientación sexual o identidad de género.

Sin embargo, advirtió que, en la práctica, la protección no siempre está generalizada, pues muchas veces no se tiene en cuenta las intersecciones diversas que atraviesan este asunto.

No es lo mismo una mujer trans que vive en condiciones de pobreza, que un hombre gay que tiene empleo y determinada posición económica, ejemplificó.

Igualmente, la raza, la etnia, la edad, el espacio geográfico, la condición de migrante o refugiado, o ser una persona que vive con VIH, entre otras condiciones, clasifican entre estas intersecciones.

Arias y Vera Morales coincidieron en que las legislaciones suelen avanzar más rápido que los cambios culturales y sociales, con lo cual los retos en materia de protección se vuelven más complejos.

«El cambio cultural no necesariamente se produce con la misma rapidez que los cambios normativos», insistió, por su parte, Vázquez Seijido.

El jurista cubano también resaltó que el tema de la interseccionalidad rebasa el ámbito académico y debe «integrarse a las agendas de nuestros movimientos para fortalecer las alianzas con otros movimientos sociales».

La situación desatada por la Covid-19 en el mundo también fue identificada como desafío por los especialistas, pues ha puesto de relieve de manera más evidente todas las desigualdades existentes respecto a las poblaciones LGTBI, y muy en particular con las personas transexuales.
Arias, además, condenó los obstáculos que el bloqueo económico y comercial desde Estados Unidos suma al enfrentamiento de la emergencia sanitaria en países como Cuba y Venezuela.

Las intervenciones del panel abogaron por las alianzas como herramienta imprescindible para construir procesos sociales sólidos en América Latina y el Caribe.

Arias urgió a sumar esfuerzos para impulsar procesos que garanticen mejor calidad de vida a las comunidades LGBTI, mientras Vera Morales llamó a trabajar para que «el mapa de Latinoamérica se convierta en uno de un mismo color, por el respeto a la inclusión de todas las personas».