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La censura y prohibición de las cuentas de Donald Trump en las principales redes sociales, tras la toma del Capitolio, reabrió un debate profundo sobre el rol editorial que ocupan las “Big Tech” y la pretendida autorregulación de las plataformas. Ahora, Zuckerberg y su club de CEOs han confirmado que quieren intervenir en la arena política para digitar democracias a su medida. Ser o no ser censor, esa es la cuestión.