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El oficialismo arriba a los comicios del domingo 14 sin certeza de poder revertir el resultado de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), aunque sea de modo parcial. Las políticas gubernamentales preanuncian un porvenir sombrío, más allá del nivel de votación que alcance.
Javier Milei, candidato de una fuerza liberal con aristas de ultraderecha. parece haber iniciado un camino hacia la apariencia de “moderación”.
Restan menos de dos semanas para los comicios. Más allá de las predicciones, lo que parece seguro es que de los mismos no surgirán cambios sustanciales, sobre todo de cara a los que sobreviven con magros ingresos, amenazados por el empobrecimiento, la precarización y el desempleo.
El país marcha hacia las elecciones legislativas del 14 de noviembre en medio de una gestión de gobierno que no ratifica su vocación “popular” con medidas concretas y con trabajadorxs y pobres bajo la presión de una situación económica y social insostenible.
En un acto en el cementerio de La Recoleta, el excandidato a vicepresidente de la Nación y actual auditor general, Miguel Pichetto, aprovechó el ser orador en un homenaje anual a Julio Argentino Roca para redundar en su enfoque “antisubversivo” de los actuales conflictos por recuperación de tierras ancestrales que comprenden a los mapuche.
Se celebró esta semana el coloquio anual del Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), una reunión en la que los empresarios “reflexionan” acerca de la realidad económica, social y política.
Cabe más que nunca interrogarse sobre la necesidad y posibilidad de una verdadera democracia. En las condiciones que impone una abrumadora crisis, signada por la pandemia, la deuda externa impagable, la pobreza creciente y el deterioro cotidiano de las condiciones de vida y de trabajo.
El gobierno nacional aparece aún golpeado por el resultado de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) y sin claridad sobre cuál será el rumbo cierto para el logro de por lo menos una atenuación del revés sufrido en las generales del 14 de noviembre.
El nuevo gabinete está instalado y en movimiento, ni su ostentosa hiperactividad ni su pretensión de eficacia parece equivaler a una preocupación sincera por los intereses populares tan golpeados por la crisis en curso.
Una fuerte derrota del Frente de Todos ha expresado la falta de respuesta para las acuciantes necesidades populares. La oposición de derecha y el poder económico y mediático ya inician sus presiones para que la respuesta gubernamental frente al contraste sufrido sea un giro a la derecha.


