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El viernes 10 de diciembre variados sectores del oficialismo convocan a una marcha a Plaza de Mayo, para conmemorar el aniversario del fin de la dictadura. El mandato explícito es “reventar la plaza”. Al día siguiente están llamadas otras manifestaciones de signo bien distinto. A iniciativa del Frente de Izquierda y los Trabajadores Unidad (FIT-U) y con participación de múltiples organizaciones se movilizará en todo el país contra el acuerdo con el FMI y las políticas de ajuste.
La lectura del libro más reciente de Marcelo Valko «Esclavitud y afrodescendientes: acerca del genocidio en América», recondujo a quien escribe estas líneas a la reflexión sobre una cuestión fundamental para la comprensión del pasado y el presente de nuestro país, el “blanqueamiento” de nuestra sociedad.
En circunstancias sociales agobiantes, avanzan raudas las negociaciones orientadas a hipotecar por al menos una década el futuro de la sociedad argentina. Van a vivirse horas decisivas en las que no cabe la posición de espectadores.
Chile atraviesa un proceso constituyente en medio de crecientes turbulencias. Ya en el siglo XIX hubo quien advirtió sobre las serias limitaciones de un cambio constitucional si al mismo tiempo no se transforman las relaciones efectivas de poder.

Ha sido lanzada hace poco la edición argentina de un testimonio que puede contribuir a iluminar todo un período de la lucha de clases. Vertebrado desde los senderos del movimiento obrero italiano, muchas de sus reflexiones pueden proyectarse a otras latitudes.
Antonio Negri
“La voz de las urnas” no brinda respuestas para la crisis acuciante y multidimensional que sufre la sociedad argentina. Al contrario, despunta un acuerdo entre gobierno y oposición que sólo puede llevar al agravamiento de las condiciones reinantes. La izquierda ha aumentado su caudal, sin alcanzar una medida que permita un salto cualitativo en su influencia.
El oficialismo arriba a los comicios del domingo 14 sin certeza de poder revertir el resultado de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), aunque sea de modo parcial. Las políticas gubernamentales preanuncian un porvenir sombrío, más allá del nivel de votación que alcance.
Javier Milei, candidato de una fuerza liberal con aristas de ultraderecha. parece haber iniciado un camino hacia la apariencia de “moderación”.

Restan menos de dos semanas para los comicios. Más allá de las predicciones, lo que parece seguro es que de los mismos no surgirán cambios sustanciales, sobre todo de cara a los que sobreviven con magros ingresos, amenazados por el empobrecimiento, la precarización y el desempleo.
El país marcha hacia las elecciones legislativas del 14 de noviembre en medio de una gestión de gobierno que no ratifica su vocación “popular” con medidas concretas y con trabajadorxs y pobres bajo la presión de una situación económica y social insostenible.