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Los programas dedicados a burlarse del poder en Estados Unidos se han convertido en una de las mejores defensas contra los abusos y los engaños de las cúpulas políticas y económicas; este elenco se destaca por su manejo de la sátira combinado con periodismo de investigación. Uno de sus grandes exponentes es Jon Stewart (en la imagen), presentador del noticiero ficticio The Daily Show.

EE.UU. es una potencia militar, pero está muy por debajo de otros países avanzados en casi todos los rubros de bienestar social. Y fue el reverendo Martin Luther King (en imagen de archivo) quien declaró en 1967 en su famoso discurso contra la guerra en Vietnam que ya no podría abordar el tema de la violencia de los pobres en EE.UU. sin primero hablar claramente del proveedor más grande de violencia en el mundo: «mi propio gobierno»


Washington sigue con la ilusión de que tiene la autoridad moral para declarar qué está bien o mal en el mundo, qué viola o no el derecho internacional. Hace grandes declaraciones, aplica sanciones y amenaza con fuerza militar a los gobiernos que no cumplen con lo que él decide que son las normas y las leyes mundiales.

En Estados Unidos se vive una crisis de confianza política y social. Las mayorías no creen en la propaganda del poder sobre cómo funciona este país. Para las fuerzas progresistas, el desafío es convencer de que otro futuro es posible.