Guadi Calvo

Artículos

El Departamento de Estado de EE.UU. ha vuelto a convertir a Pakistán en un laboratorio, profundizando las siempre tensas relaciones entre Islamabad y Nueva Delhi por la derrota de acercamiento que, a partir de la creación de los BRICS (2009), India ha tenido hacia Rusia y China, donde también se alienta una alianza militar entre estas tres naciones, el RIC.

Estados Unidos y Francia están articulando en Mali la misma maniobra que ejecutaron en Siria para derrocar al gobierno de Bashar al-Assad, esta vez apuntado contra la junta militar que entre el 2020 y 2021 tomó el poder y comenzó un profundo proceso anticolonialista que rápidamente desbordó hacía Burkina Faso y Níger, donde se aplicaron idénticas medidas como el cierre de embajadas y filiales de empresas de la antigua metrópoli y recuperando además bases militares, bajo el control extranjero, al tiempo que sus dotaciones fueron expulsadas.

Existen bibliotecas enteras en las que se cuentan las “hazañas” de los Estados Unidos, en procura de llevar la “libertad” hasta los confines más remotos del mundo, y si fuera el caso, más allá también.

Como no cabían dudas de que el genocida judío Benjamín Netanyahu solo se había tomado un respiro al aceptar el plan de paz impuesto por Donald Trump el pasado 8 de octubre, dijimos que más temprano que tarde reiniciaría la obra cumbre del sionismo: el exterminio de Gaza y así de toda Palestina (Ver: Gaza. ¿Qué nombre le pondremos a esto?).

Prácticamente desde la llegada de los talibanes al poder en agosto del 2021, Islamabad denuncia a Kabul de haber convertido su territorio en un santuario para el grupo Tehrik-e-Talibán Pakistán o TTP, el principal grupo insurgente pakistaní, desde donde de manera frecuente lanzan operaciones armadas en su contra. A lo largo del año pasado se registraron al menos seiscientos de este tipo de asaltos.

Desde hace más de setenta mil años, el hombre nomina, define, designa con una palabra a las cosas e incluso a los acontecimientos. Por lo que quizás no le sea demasiado arduo nombrar lo que por estos días acaban de terminar, momentáneamente, en Gaza.

Sería prácticamente imposible hacer un ranking sobre cuál de las ocho monarquías árabes existentes en la actualidad es la más corrupta, ya que todas, Arabia Saudita, Jordania, Marruecos, Bahréin, Kuwait, Omán, Catar o Emiratos Árabes Unidos (EAU), tienen sobrados méritos para estar en el primer lugar.

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