Artículos
Se nos ha ido Rossana Rossanda. Ahora, sí, en Italia, el Novecento terminó, aunque sea dos décadas después.
Estados Unidos arrastra las tinieblas de la extorsión y del miedo, la desquiciada ansia por destruir al adversario, la insaciable ambición por dominar el mundo y la fría lógica de los gánsters.
La última década del siglo XX conoció el apogeo del capitalismo norteamericano: había desaparecido la URSS, disminuyó el presupuesto militar del Pentágono, la prosperidad económica redujo el porcentaje de la deuda en relación al PIB, e incluso, durante el cambio de siglo, entre 1998 y 2002, el país tuvo superávit presupuestario, algo que no ocurría desde finales de los años cincuenta, y ningún país del planeta podía discutir su hegemonía.
La crisis mundial provocada por la pandemia de la Covid-19 ha añadido más dramatismo a un Oriente Medio que continúa marcado por las guerras, las intervenciones militares estadounidenses, la represión política, el fanatismo religioso y los mercenarios, las ciudades destruidas y los campamentos de refugiados.
Mientras ignora la mortandad de la pandemia y las heridas abiertas del racismo, fantasea con la hegemonía militar definitiva, pretendiendo imponer al planeta el desvarío y el veneno de su poder.
Entre China e India, los dos países más poblados, suman casi el 40 por ciento de los habitantes del planeta, con un creciente poder económico.