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Todos los informes nacionales e internacionales dan cuenta de la mayor afectación de los sectores de más bajos ingresos y con menor acumulación de riqueza en el marco de la recesión económica agravada por la pandemia, y llama la atención, pese a los inmensos paliativos aprobados en todos los países, la desigualdad, no solo se mantiene si no que se agrava.
La situación es grave en todo el mundo, sí, pero más aún entre nosotres. Si hablamos de recesión, la caída según el FMI fue en 2020 del -3,5%, pero América Latina y el Caribe cayó el -7,4%. La Argentina acumula, según el INDEC, un -10,6% de baja de la actividad económica entre enero y noviembre del 2020, y puede llegar al -12%, un guarismo levemente superior a la debacle del 2001.

El Foro de Davos [o Foro Económico Mundial -FEM-] convoca para este 2021 a “reiniciar” o “resetear” al capitalismo luego del “lockdown” (cierre de emergencia) mundial ante el COVID19, que agravó los problemas de arrastre de la economía en todo el planeta.

No hay que esperar grandes cambios en la economía mundial del 2021 respecto de lo acontecido el pasado año e incluso, de los inmediatos anteriores, aun cuando pesa y mucho el impacto del COVID19 en el 2020, lo que agravó el proceso recesivo, o de desaceleración, verificable desde la gran crisis del 2007/09, o si se quiere desde el 2001 estadounidense.

La inflación es una manifestación del poder, del poder que tienen los que pueden incrementar los precios de los bienes y servicios que se ofrecen en el mercado. Solo “puede” aumentar precios el que «puede», no el que quiere, para ser más precisos, el que tiene el poder de hacerlo.
La pandemia por el coronavirus agravó el regresivo impacto social de una situación económica mundial que confirma la desigualdad, concentrando el ingreso y la riqueza, al tiempo que extiende las penurias sobre la mayoría de la sociedad. Diversos informes de organismos internacionales y centros de investigación dan cuenta del fenómeno que señalamos. Al comienzo del […]
Ni los demócratas, ni otro republicano, ni Trump en 4 años resolverá la contradicción interna del capitalismo en EE.UU., que se sostiene sobre la base de la emisión monetaria y de deuda pública

Más de un año de grave situación sanitaria derivada del coronavirus nos debe llamar la atención sobre las políticas públicas, especialmente la política económica, y más aún el impacto que se genera sobre el orden económico vigente.

Lo grave del momento es que la situación socioeconómica no golpea por igual a la minoría que concentra los ingresos y las riquezas respecto de una abrumadora mayoría que sufre las consecuencias y penurias de una agravada coyuntura.
Confieso que siempre me llamó la atención el título del escrito fundante de la Economía Política: “Una investigación acerca de la riqueza de las naciones”, publicado por Adam Smith en 1776, año de la independencia de EEUU, el único país colonial que llegó a ser imperialista.