Julio C. Gambina

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La novedad por estas horas es la movilización popular en Paraguay, uno de los territorios habitados con una población empobrecida, sea por la historia corta o la larga. Historia larga remite a la guerra de la triple alianza, desatada por la entente entre Uruguay, Brasil y Argentina entre 1864 y 1871, contra el intento más interesante de desarrollo autónomo en el marco de la lucha contra la “colonialidad” de entonces.

En el blog del FMI se puede leer un informe que remite a las dificultades de corto y mediano plazo para la región latinoamericana y caribeña, con recomendaciones sobre el rumbo a seguir.[1]

La corriente principal en economía pugna a favor del “mercado” y en contra del “Estado”, lo que forma parte de un discurso ideológico que enaltece uno de los términos y denigra el otro. Siempre sostuvimos que ambas categorías constituyen relaciones sociales y, por ende, en cada caso siempre existen beneficiarios y perjudicados.

Recesión, recuperación, incertidumbre, deuda y lo que puede enseñar Bolivia a la Argentina.

La pandemia del COVID19 muestra las miserias de nuestro tiempo, donde la desigualdad creciente es la cara más visible. Es una señal de que a todos no impacta por igual, ya que el cierre de empresas y por ende de la actividad económica significa pérdidas de empleos y reducción de ingresos populares, pero al mismo tiempo abundan informes de mejoras en la rentabilidad de algunos sectores económicos, entre otros, los laboratorios farmacéuticos.

El anuncio del Consejo Económico y Social habilita el debate sobre el largo plazo en la Argentina, hacia el año 2050, ya que explícitamente se excluye el debate de las preocupaciones de la coyuntura. Más allá de cualquier consideración al respecto, relativo a las urgencias del presente, sea el impacto social de la inflación y la recesión, o la crisis sanitaria agravada por el coronavirus, vale señalar el potencial de un debate necesario en materia de organización socioeconómica del país, que obviamente deberá partir del cuadro de situación actual.

La inflación para enero del 2021 en Argentina fue del 4%, que anualizado alcanza al 38,5%, un registro mayor que los 12 meses del 2020 (36,1%). [1]

Las movilizaciones en Haití contra las maniobras antidemocráticas de perpetuación del gobierno, tanto como las manifestaciones contra la violencia ejercida por carabineros en Chile, o las propias elecciones ecuatorianas dan cuenta sobre nuevos consensos sociales en Nuestramérica con sentido crítico a la ofensiva liberalizadora del capital más concentrado que actúa en la región.

Se necesitan cambios urgentes

Todos los informes nacionales e internacionales dan cuenta de la mayor afectación de los sectores de más bajos ingresos y con menor acumulación de riqueza en el marco de la recesión económica agravada por la pandemia, y llama la atención, pese a los inmensos paliativos aprobados en todos los países, la desigualdad, no solo se mantiene si no que se agrava.

La situación es grave en todo el mundo, sí, pero más aún entre nosotres. Si hablamos de recesión, la caída según el FMI fue en 2020 del -3,5%, pero América Latina y el Caribe cayó el -7,4%. La Argentina acumula, según el INDEC, un -10,6% de baja de la actividad económica entre enero y noviembre del 2020, y puede llegar al -12%, un guarismo levemente superior a la debacle del 2001.

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