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Comentando la decisión del FMI, que asigna 650.000 millones de dólares a distribuir entre los países miembros del organismo internacional, Kristalina Georgieva, su titular, señala:
A más de un año de la pandemia por el coronavirus queda claro el impacto social sobre la región latinoamericana y caribeña, que con menos del 10% de la población mundial, los contagios y fallecimientos alcanzan al 30%, uno de los territorios donde se hace evidente el límite civilizatorio del orden social capitalista.
Cuba aparece en el centro del debate político, con protestas y desordenes el pasado domingo 11 de julio, seguida de la respuesta gubernamental y de la propia organización popular en defensa del proceso cubano.
Entre los muchos interrogantes que recibo a diario se anotan los relativos a qué ocurre de especial en la Argentina que no logra estabilidad de largo aliento, sea en el crecimiento económico como en materia de precios. La comparación es con los países vecinos y otros en el mundo.
El interrogante que encabeza esta reflexión es pregunta habitual que hace décadas incluyo en mis cursos sobre Economía Política, lo que genera un gran debate. La misma pregunta remite a la tierra. ¿Tiene valor la tierra?
En variadas ocasiones escucho decir, o leo, que el “neoliberalismo” ha fracasado, y creo entender lo que se pretende trasmitir, especialmente cuando el que emite la opinión orienta sus conclusiones a la denuncia del impacto socio económico regresivo.
Acaba de difundirse el informe de la OCDE sobre las perspectivas de la economía mundial [1], en donde señala que existe una mejora respecto del informe previo de diciembre pasado, pero que está siendo desigual y en “de la eficacia de los programas de vacunación y las políticas de salud pública”, al tiempo que informa sobre el diferente ritmo de recuperación del PBI per cápita.
La inflación preocupa en la Argentina y empieza a aparecer como problema en otros países, especialmente en EEUU.
La emergencia sanitaria por el COVID 19 nos trae sorpresas. El tema no se resuelve aun iniciado el proceso de vacunación y claro, la concentración de las vacunas en los pocos países de gran capacidad económica demora la posibilidad de inmunización de la población mundial.
Reaparece la discusión sobre las retenciones a las exportaciones de bienes, ahora a propósito de la suspensión por 30 días de las ventas de carne al exterior.