Luis Francisco Martínez Montes

Artículos

Corren malos tiempos para las glorias póstumas, y la de Napoleón Bonaparte no es una excepción. Incluso en Francia, políticos, periodistas e intelectuales que antaño hubieran loado las hazañas del gran corso, preferirían hoy, doscientos años después de su muerte, que la efeméride pasara inadvertida. No están los tiempos como para agitar debates sobre memorias históricas, piensan prudentes, y menos a un año de las próximas elecciones presidenciales galas.