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América Latina es, por estos días, el epicentro de la pandemia de la COVID-19, que ya lleva más de un año en la región, un año y tres meses, pero está todavía bastante lejos de terminar. Parece noticia repetida, pero no lo es, porque por la pandemia se apagan miles de vidas cada día.
Desde hace algunas semanas el tono de la política en Venezuela cambió. Los dos polos más enfrentados, el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición de Juan Guaidó están hablando de posibilidad de algún tipo de acuerdo, con vistas a las elecciones de gobernadores y alcaldes del próximo 21 de noviembre.
Para el próximo domingo 6 de junio está prevista la segunda vuelta electoral en el Perú. La sorpresa de la primera vuelta, el candidato Pedro Castillo enfrentará a la animadora habitual de los balotajes, de apellido tristemente célebre: Fujimori. Keiko Fujimori, la hija del dictador Alberto Fujimori llega a segunda vuelta por tercera vez, perdió antes en 2011 y en 2016.
Finaliza el año político en Venezuela con la “consulta popular” de Guaidó y compañía.
Ya está todo listo para las elecciones parlamentarias del próximo domingo 6 de diciembre en Venezuela.
La decisión del referente opositor venezolano Henrique Capriles de inscribir candidatos para la Asamblea Nacional en las elecciones del próximo 6 de diciembre es, en principio, un duro golpe a la estrategia destituyente de los Estados Unidos, trajinada a duras penas por Juan Guaidó.
Los indultos del gobierno de Nicolás Maduro a políticos opositores tienen objetivo doble: por un lado intentan drenar la presión internacional y, por el otro, colaboran en la reconfiguración de la oposición, ante el declive incontenible de Guaidó y -por lo tanto- el fracaso de la estrategia del Departamento de Estado de Estados Unidos para Venezuela en el plano político.
Aunque falta bastante, las elecciones parlamentarias previstas para el 6 de diciembre, en Venezuela ya están tensionando el ambiente político en el país.