La comisión parlamentaria Madre Mía, acaba de terminar su informe en relación al expresidente Ollanta Humala.Esta comisión ha confirmado por unanimidad que Ollanta Humala tiene en su cuenta 8 crímenes cometidos en el periodo de 1992, cuando Fujimori y Montesinos ensangrentaban el país. La comisión ha verificado que Ollanta Humala, actuaba bajo el apelativo «Capitán […]
La comisión parlamentaria Madre Mía, acaba de terminar su informe en relación al expresidente Ollanta Humala.Esta comisión ha confirmado por unanimidad que Ollanta Humala tiene en su cuenta 8 crímenes cometidos en el periodo de 1992, cuando Fujimori y Montesinos ensangrentaban el país.
La comisión ha verificado que Ollanta Humala, actuaba bajo el apelativo «Capitán Carlos». Estos asesinatos se cometieron cuando este militar era el jefe de la base contrainsurgente de «Madre Mía» en la selva de San Martín, cerca de la frontera con el departamento de Huanuco. En esta base militar, se secuestraba, se torturaba y se asesinaba brutalmente presuntos miembros de Sendero Luminoso.
Sobre los crímenes de Ollanta Humala se ha escrito en abundancia. Todo el Perú está al corriente de las aventuras criminales del «Capitán Carlos. Los que nos interesa resaltar aquí, es que este militar llegó a la presidencia como si nada hubiera pasado. Lo peor de todo es que él ganó la presidencia bajo la propagan de que era de izquierda, tercermundista, antiimperialista y aliados de los pobres peruanos.
Lo mas saltante, es que este militar sin escrúpulos para matar, fue en el 2006 y 2011 el candidato de la «izquierda peruana». Esa misma izquierda que en 1990 llevó al poder a Alberto Fujimori.
Así celebro en 2011, la «izquierda» peruana su alianza con Ollanta Humala, que en esos momentos ya estaba acusado de haber cometidos crímenes de guerra durante el fujimorismo.
«Perú: Ollanta Humala recibe respaldo de organizaciones políticas y sociales de la izquierda. Con un sonoro ¡Acepto!, Ollanta Humala se comprometió a hacer un gobierno que trabaje arduamente por toda la población, mientras las agrupaciones políticas y sociales que constituyen la confluencia de la Unidad de Izquierda sellaron su respaldo a la candidatura de GANA PERÚ rumbo a la presidencia de la República en el 2011». Ahora en 2018, ese mismo Ollanta Humala, esta acusado no solo de crímenes de guerra, sino también de robos, de recibir coimas, y otros delitos penales.
En julio del 2012, escribir un artículo titulado: «Crímenes de Ollanta Humala y sus compinches de izquierda». Juntos a este artículo, reedité otro que había escrito en el 2006. Un resumen de cada unos de estos artículos son publicados ahora que cobran plena actualidad con la sentencia de esta semana (20 septiembre 2018) contra el «Capitán Carlos». Entonces, que dirán aquellos que en el 2011 se movilizaron en fanfarrias para hacer ganar las elecciones a un militar que no dudo en matar campesinos para hacer sostener el régimen corrupto y criminal de Fujimori y Montesinos.
«Crímenes de Ollanta Humala y sus compinches de izquierda»
Lo que se llama izquierda peruana es coresponsable en los hechos sangrientos que esta imponiendo al Perú el gobierno del militar Ollanta Humala. En lo que va este gobierno 15 pobladores han sido asesinados por las fuerzas represivas. Fue esta izquierda en sus diferentes versiones (Patria Roja, Partido Comunista Peruano, Movadef (ex senderistas), Javier Canseco, Hugo Wienner, Mario Humana de la CGTP, etc.) que facilitó el camino para que un militar acusado de crímenes de guerra llegue a la presidencia del Perú.
Desde el 2006 (primera candidatura electoral de Ollanta Humala), esta izquierda se subió al carro electoral de este militar. Para ello pasaron por alto las acusaciones (con testigos y sobrevivientes) sobre los crímenes que este militar había cometido en 1992 cuando era uno de los jefes zonales de las tropas antiinsurgentes del fujimorismo. Esta izquierda unánimemente hizo campaña a favor de Humala. Vieron en este ex militar el representante genuino de un pueblo que reclamaba cambios sociales y políticos. Cuando Ollanta Humana ganó la presidencia dijeron en coro que este militar llevaría al Perú por el camino de la justicia social, la democracia, la soberanía, el antiimperialismo. Algunos incluso dijeron que el éxito de Humala «era histórico» y que era la primera vez en la «historia del Perú, que este país ingresaba por vía electoral hacia una nueva etapa que incluso podría ir al socialismo.
La izquierda de Don Jacinto Peláez y el voto por Humala
Los dirigentes de esta izquierda en1985 se entregaron «inocentemente» a Alan García Pérez. Después, cuando pasó los 9 meses y se dieron cuenta del engaño ya era tarde. Lloraron y gritaron derechista y reaccionario. Poco tiempo después, en 1990 apareció como un príncipe encantado Alberto Fujimori, un chinito con saco y corbata que les crispo el corazón y el flechazo fue a primera vista. La izquierda, un poco en sueños y un poco en la realidad, navegó en los oropeles del poder. Engañada vilmente por García Pérez, llamó a votar por el pretendiente Fujimori. Y ahí nuevamente volvió a ser miserablemente engañada. El chinito salió más mentiroso que el propio García, y como narraría don Jacinto Peláez, esta infeliz moza cayó una vez más en las lujurias de sus ambiciones.
En el 2001, sin ningún remordimiento de por medio, quedo hechizada por los encantos y promesas que le cantó en las orejas Alejandro Toledo (ahora prófugo de la justicia), al que esa izquierda, la que ahora vive como alma en pena, lo llamó el «cholo» y el gobierno de todas las sangres». Lo que vino después ya es historia conocida, y la pobre izquierda como la deidad embarazada se quedó esperando el paso de algún otro marchante que le reconozca el hijo. Toledo y su mujer (Éliane Karp) que decía que tenia el poder de hablar con los muertos, viven ahora prófugos en Estados Unidos. Son acusados de una docena de hechos de corrupción desde el Estado.
En pleno 2006, con ojos moribundos y lastimeros de tantos fracasos, mira con destellos libidinosos al comandante Ollanta Humala, también fornido, de gruesas palabras y ducho en manejo de armas. El militar le robó el corazón a esa desdichada izquierda caviar que sin respingo gritó votar por el ex militar fujimorista. Y los recuerdos son simples recuerdos, y para qué acordarse de García Pérez, Alberto Fujimori y Alejandro Toledo son malos momentos del pasado y nada más. En todo caso, como se dice don Jacinto Peláez, no hay primera sin segunda, y en penas y amores son muy pocos los entendidos.
En estos últimos 20 años ha buscado cualquier pretexto para colaborar con los regímenes de turno. Así vieron en García Pérez, el radical contrincante de la derecha peruana, y así vieron en Fujimori, el opositor por excelencia de los grupos de poder liderado por el escritor Vargas Llosa. Y así vieron en Alejandro Toledo, al líder de los pobres y de los sectores democráticos del Perú.
Lo que hay que tener en cuenta en la cándida historia de esta izquierda, es que su deprimente conducta para arrastrarse tras los candidatos de turno de los grupos de poder, va paralelo a su descomposición y crisis interna que se acentúa cada vez más. Basta mirar sus resultados electorales para saber que no representan a ningún sector de trabajadores ni del pueblo.
En el terreno político, sindical y popular no tiene ninguna vigencia. Ha perdido cualquier significación en las luchas populares, y al contrario esta izquierda es responsable directa de que los asalariados peruanos hayan retrocedido, hablando de conquistas sociales y salariales, a la década del 60, y quizás mucho más atrás. Sus traiciones y sus componendas con los gobierno de turno, ha hecho del movimiento sindical y popular, un amasijo desclasado, que sirve exclusivamente para el circo electoral, pero no para la defensa de los intereses y derechos de los trabajadores y el pueblo.
Y finalmente a la cuenta de esta izquierda desdichada, hay que agregar, la elección presidencial de Pedro Pablo Kuczynski, un pronorteamericano fiebroso, destituido del gobierno por actos graves de corrupción. Ahora sus amores son con el actual presidente, Martín Vizcarra, un individuo que por el momento tiene en su cuenta 48 juicios penales por corrupción.
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