Este país devastado por la guerra ha acusado al gigante tecnológico mundial radicado en Estados Unidos de crímenes de guerra, falsificación y engaño al utilizar en los productos que elabora minerales extraídos ilegalmente y de contrabando.
Este país devastado por la guerra ha acusado al gigante tecnológico mundial radicado en Estados Unidos de crímenes de guerra, falsificación y engaño al utilizar en los productos que elabora minerales extraídos ilegalmente y de contrabando.
El presidente de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, anunció la «retirada concertada y organizada de las tropas francesas» del país a partir de este enero, después de que en los últimos años naciones como Burkina Faso, Malí y Senegal hicieran lo mismo o anunciaran su intención de concretarlo.
En el último año ha habido una enorme agitación política en África, ya que más Estados, organizaciones populares y partidos políticos exigen públicamente que las fuerzas militares francesas y estadounidenses se retiren de sus territorios.
En 2024 el pueblo saharaui, y en especial sus presos políticos, volvieron a sufrir la violación de los derechos humanos, mientras el Gobierno de Pedro Sánchez, que respalda a Marruecos en la ocupación del Sáhara Occidental, no dice nada a pesar de que asegura que promueve y defiende los DDHH
Philippe Noudjènoumè culpa a Francia de la presencia terrorista en el Sahel y critica la connivencia del gobierno de Benín con Macron.
Además de las tragedias sistémicas asociadas a la migración irregular y los conflictos armados, el continente vivió importantes transformaciones políticas y económicas.
Los tratados de paz entre los diferentes gobiernos de Colombia y las insurgencias marxistas que operaron por décadas en el país, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército de Liberación Nacional (ELN) o el Movimiento 19 de abril (M-19), del que formó parte el actual presidente de la república Gustavo Petro, a partir de 2016, con sus más y sus menos, han funcionado.
La IS celebra excepcionalmente una reunión en un país no democrático. Con ella el presidente del Gobierno español no busca apoyar a sus menguantes correligionarios de Marruecos sino más bien contribuir a mejorar la imagen del país vecino