Daniel Finn | 

Tras alentar a Netanyahu en el camino hacia el desastre, las potencias occidentales apoyan ahora su ataque contra Gaza en nombre del «derecho de Israel a defenderse», interpretado por los gobiernos israelíes como carta blanca para utilizar la violencia contra civiles a escala masiva.

De nuevo hemos salido a las calles y plazas de todo el mundo para denunciar las acciones criminales de «Israel» contra la población palestina apresada en la Franja de Gaza. Sí, Gaza es el mayor campo de concentración de todo el planeta, donde viven más de dos millones de personas hacinadas, en su mayor parte refugiadas de las tierras robadas de los aledaños de la Franja, sin las más mínimas garantías de existencia digna de seres humanos. Llevan décadas privados de libertad, privados de electricidad —de la que solo disfrutan unas horas al día— sin apenas agua potable, sin trabajo, sin expectativas de futuro. Es una población sometida por un criminal ejército extranjero que decide quien vive, quien muere o quien va a dar con sus huesos en la cárcel por el resto de su vida; que elige quién recibirá tratamiento médico o quien va a morir sin acceso a medicinas. Así es la vida en Gaza

Juan Torres López | 

El 19 de octubre del año pasado, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, escribió (con toda la razón) el siguiente mensaje en la red X (antes Twitter): «Los ataques de Rusia contra infraestructura civil, especialmente eléctrica, son crímenes de guerra. Los cortes de agua, electricidad y calefacción cuando llega el invierno a hombres, mujeres y niños son actos de terror».

Hemeroteca: Eduardo Galeano escribe sobre Gaza en 2012

Olga Rodríguez | 

Cuando Israel invoca su derecho a defenderse exige, de forma implícita, vía libre para perpetuar su pecado original: el acto ilegal de la ocupación y la aplicación de un castigo colectivo con licencia para matar

Desde que los hombres comenzaron a entender que no quedaba del todo bien y que además podría acarrearles alguna consecuencia, el ancestral ejercicio de arrasar pueblos enteros por su etnia, religión, pensamiento político, intereses geográficos o económicos o algún que otro etcétera más, por lo general estas actividades se practican en frondosas tinieblas alejadas de la opinión pública.

Estados Unidos envió nueva asistencia militar a Israel y ordenó a su mayor portaviones acercarse al Estado israelí en una muestra de apoyo, junto con otros buques de guerra y gran cantidad de aviones de combate.