
En el último tiempo, las grandes empresas agroquímicas internacionales han estado redirigiéndose hacia la producción de insumos biológicos para la agroindustria. Si bien hace apenas 20 años las compañías activas en el mercado mundial de insecticidas de tipo “bio” se contaban con los dedos de las manos, en la actualidad superan las 1.200. Más que una conversión ecológica, todo indica que se trata del hallazgo de una nueva y suculenta veta para ampliar sus ya multimillonarias ganancias.