
Mientras los medios corporativos sigan envenenándonos, no habrá democracia real
Mientras los medios corporativos sigan envenenándonos, no habrá democracia real
Henry Kissinger publicó a principios de la década del 90 un excelente libro titulado Diplómacy. En ese libro evidencia una admiración por el cardenal Richelieu, el diablo que estuvo detrás de la guerra religiosa conocida como “Guerra de los 30 años” (1616- 1648) que desangró a Alemania en provecho de Francia y terminó con el Tratado de Westfalia que desintegró el Imperio Romano-Germánico fundado por Carlomagno el año 900.
Hasta que nosotros, como pueblo, seamos vistos como algo más que simples bárbaros, nuestros méritos no serán comprendidos, nuestros éxitos no serán replicados y nuestros logros no serán superados
De todas las ruinas del mundo, la ruina del hombre es el más triste espectáculo (Théophile Gautier)
Todos los veranos los medios de información nos inundan con una muy buena noticia a celebrar muchísimo. Se trata del vertiginoso crecimiento del megaturismo en el mundo, potenciado por los insaciables intereses del neoliberalismo global y sus poderosas megacorporaciones globales globales.