
En una carrera desesperada por recuperar terrenos perdidos a nivel global y como parte de la contienda geopolítica que protagoniza en medio de la pandemia de la Covid19, EE.UU. organiza una eventual nueva ola neocolonial en África, región a la que siempre ha despreciado, pero en la que se ha propuesto acrecentar su influencia ante los augurios de expertos de que puede convertirse en el continente del futuro.