
Los días 15, 16 y 17 de septiembre de 1982, el campo de refugiados palestinos de Sabra y el barrio de Chatila se tiñeron de sangre: las milicias de la Falange Libanesa, con el apoyo logístico del ejército israelí, masacraron, entre 3.000 a 3.500 palestinos, entre ellos mujeres, niños y ancianos.