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Cuando los reiterados procesos de emancipación son la agenda de los pueblos

Fuentes: Rebelión

“El tema es si las cooperativas asumen este momento histórico como un desafío y una oportunidad. Existen indicios en la realidad que señalan que la crisis existente en la sociedad argentina habilita a pensar en la búsqueda de nuevas identidades sociales y políticas. En ese marco, las cooperativas pueden ser un instrumento destacado, sobre todo por lo que pueden representar como ámbitos de participación democrática en la organización de la economía y como expresión de una cultura solidaria”. Julio Gambina.

Según un documento de la CEPAL en conjunción con otros organismos, denominado “América Latina: del malestar social hacia una nueva agenda de políticas para la cohesión social”, que analiza el tema del malestar social de los pueblos alude, entre otros, que “Previo a la pandemia, ya se observaba una inconformidad considerable con la persistente desigualdad en la región”. “Se advertía también una insatisfacción con el funcionamiento de la política y sus actores, y una creciente desconfianza en las instituciones”.

El trabajo es fruto de un Taller internacional virtual “Inclusión y cohesión social en América Latina en tiempos de pandemia: desafíos y aprendizajes para Paraguay”

(https://www.cepal.org/sites/default/files/events/files/presentacion_c_maldonado_191021.pdf)

Pero, es que la insatisfacción social es una expresión de los pueblos del mundo, no sólo de Latinoamérica, allí están los procesos en África, Europa…

A nuestro modo de interpretar los sucesos sociales actuales y que están enervados por la creciente desigualdad y marginación, además de la corrupción de la política, esta enojosa situación conlleva a que reiterados procesos de emancipación sea la agenda de los pueblos.

El interesante documento citado señala que “En una región con limitadas capacidades estatales, la posibilidad de descontento es vasta. A esto, se suma la insatisfacción respecto al funcionamiento y los resultados de la democracia, cuyos principales actores –en especial los partidos políticos— se perciben como sólo centrados en sus propios intereses”.

Ahora, nos preguntamos, si esto es así, es decir, una generalizada situación de alta conflictividad social ¿Qué esperan que hagan los pueblos, resignarse y seguir con el infortunio que ha venido a quedarse y fastidiar?

La propuesta que sugiere el documento en análisis, entre otros, habla de “Una agenda de políticas para la cohesión social como parte de un nuevo pacto social” que debe traducirse en: “Frente a la creciente volatilidad de las economías y los impactos en el mercado de trabajo es importante avanzar en un pacto de cohesión social en los países de la región”.

“Comprendiendo a la cohesión social como fin, las políticas públicas contribuyen directamente a su logro al buscar que todos quienes componen una sociedad se sientan parte de ella”.

No podemos más que estar de acuerdo con estas líneas de acción de políticas públicas que deben promover los decisores políticos, sin embargo, al ver el avance permanente de sectores autoritarios con claras vocación de dictadores, nos surgen serias dudas, es más, nos sentimos más cerca que nunca al canto de vida: “Sólo el pueblo salvará al pueblo”

En un proceso eventual de fortalecimiento de la democracia debe tenerse en cuenta la experiencia de la democracia participativa de las cooperativas, así como el mecanismo de “Revocación de mandatos” en cualquier tiempo.

La agenda de los pueblos exhaustos de maltratos, deriva de esa situación injusta humanamente hablando, son respondidos con los saqueos y manifestaciones multisectoriales que marchan al son de canciones y alegorías, con alegría, pues, a pesar de todo, ven en el horizonte al mundo cooperativo, al sistema cooperativo, como remedio socio-económico que anhelan los pueblos.

¡En la fraternidad, un abrazo cooperativo!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.