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Ex general asumirá presidencia de Guatemala

De militares, «manos duras» y grandes capitales al acecho

Fuentes: Rel-UITA

El próximo 14 de enero, el general retirado Otto Pérez Molina, candidato del derechista Partido Patriota (PP), asumirá la presidencia de Guatemala. Durante su campaña prometió «mano dura» contra la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado, logrando captar el voto de una población atemorizada por los altos índices de violencia en el país. Sin […]

El próximo 14 de enero, el general retirado Otto Pérez Molina, candidato del derechista Partido Patriota (PP), asumirá la presidencia de Guatemala. Durante su campaña prometió «mano dura» contra la delincuencia, el narcotráfico y el crimen organizado, logrando captar el voto de una población atemorizada por los altos índices de violencia en el país. Sin embargo, el regreso al poder de un militar con un pasado oscuro está despertando seria preocupación en varios sectores de la sociedad, que se rehúsan a olvidar la historia reciente del país

El 5 de julio 2011 tres activistas estadounidenses y la organización indígena Waqib Kej denunciaron al próximo presidente de Guatemala ante el relator especial de Naciones Unidas contra la tortura.

Según ellas, el ex general entrenado en la nefasta Escuela de las Américas estuvo involucrado en el genocidio perpetrado durante los años 80 contra la población indígena, cuando se desempeñó como oficial de operaciones en la provincia de Quiché, una de las más afectadas durante la guerra civil.

Jennifer Harbury, una de las denunciantes, acusó a Pérez Molina de ser responsable de la tortura y desaparición en 1994 de su marido, el guerrillero guatemalteco Efraín Bámaca. En ese periodo, el general retirado era jefe de inteligencia militar.

Genocidio

El sociólogo Carlos Figueroa Ibarra afirma que Guatemala vivió en la segunda mitad del siglo pasado «el genocidio más grande que se haya observado en la América contemporánea». Entre 1954 y 1996, aproximadamente 150 mil guatemaltecos fueron ejecutados extrajudicialmente y 45 mil más fueron desaparecidos de manera forzada.

Lo ocurrido durante el conflicto fue investigado en el marco del Proyecto lnterdiocesano «Recuperación de la Memoria Histórica» (REMHI). La presentación del informe final «Guatemala: Nunca más» estuvo a cargo del obispo Juan José Gerardi, director e la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala (ODHAG).

En sus conclusiones, el informe evidenció que por lo menos el 60 por ciento de las más de 55 mil violaciones a los derechos humanos cometidas contra la población fue responsabilidad directa del Ejército. Dos días después de la presentación, el 24 de abril de 1998, monseñor Gerardi fue brutalmente asesinado.

Ahora, el regreso de un ex alto mando militar al poder está generando fuerte preocupación en varios sectores de la sociedad guatemalteca.

Garras verde olivo

«El verdadero problema no es lo que Pérez Molina y sus allegados están diciendo en cuanto al programa de gobierno, sino lo que se está moviendo a su alrededor», dijo a Sirel, Enrique «Quique» Torres, asesor legal de la Federación Sindical de Trabajadores de la Alimentación (FESTRAS).

Según él, los militares estarían viendo la oportunidad de volver a ser protagonistas. «Se sienten nuevamente empoderados y ya están sacando sus garras. Su primer objetivo será lograr la renuncia de la Fiscal general Claudia Paz y Paz, para que no siga investigando los crímenes del pasado», afirmó Torres.

Además, importantes sectores del capital oligárquico tradicional, del capital «emergente» y los mismos militares de la derecha contrainsurgente, buscarán sus cuotas de poder en el nuevo gobierno. «Lo que más nos preocupa es que cuando hay choque de gigantes el que sale perdiendo siempre es el pueblo», señaló.

Ante esta situación, Francisco Barillas, secretario general del Sindicato de Trabajadores de Embotelladora Central SA-Coca Cola (STECSA), advirtió que entre los trabajadores organizados existe el temor de que pueda haber un retroceso en las conquistas laborales logradas durante décadas de lucha.

«Estamos a la expectativa de ver cuáles serán las primeras medidads del nuevo gobierno. Mientras tanto, vamos a seguir concientizando a nuestras bases y a reforzar la unidad de los trabajadores a nivel nacional e internacional, porque nuestro futuro pasa por la promoción y garantía de la negociación colectiva», aseguró Barillas.

También para David Morales, secretario general de FESTRAS, la victoria electoral de Pérez Molina está creando un clima de incertidumbre. «Su gabinete va a estar conformado por miembros de la derecha económica del país que vuelven al poder. Como movimiento sindical vamos a observar muy de cerca el operato del gobierno y vamos a seguir fortaleciendo nuestra estructura, preparándonos para lo que venga», concluyó Morales.

Fuente: Rel-UITA